Conjuntivitis en perros – Síntomas, diagnóstico y tratamiento

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La conjuntivitis es una inflamación de la conjuntiva, la cual es una membrana transparente y mucosa que tapiza la parte interna de los párpados y la superficie blanca o esclerótica del globo ocular. Puede ser de causa primaria o secundaria.

Es una consulta veterinaria relativamente común que se debe a diferentes causas. Necesita por tanto atención veterinaria y un buen tratamiento ocular para que remita. Veamos con más detalle todo lo relacionado con esta patología.

Causas de conjuntivitis

Hemos descrito anteriormente lo que era una conjuntivitis. Por lo que en este apartado nos centraremos en las causas o etiología de la conjuntivitis. Suelen darse una de estas causas, siendo menos probable pero no imposible que se den varias concomitantemente o a la vez. Estas son:

  1. Conjuntivitis alérgicas: asociadas normalmente a atopia y alergias alimentarias, por lo que no será infrecuente encontrar signos sistémicos. Sin embargo, una conjuntivitis puede ser la única manifestación de un proceso alérgico.
  2. Conjuntivitis plasmocíticas: este tipo de conjuntivitis consiste en una infiltración (deposición) de linfocitos y células plasmáticas en la conjuntiva. Esto se va extendiendo en forma de membrana grisácea sobre el borde del tercer párpado.
  3. Conjuntivitis bacterianas: suelen ser secundarias a anomalías y malformaciones (entropión, ectropión) en los párpados o pestañas, traumatismos y enfermedades crónicas de piel.
  4. Enfermedades sistémicas: existen muchas enfermedades sistémicas que cursan con conjuntivitis como el moquillo canino, erhlichiosis o leishmaniosis.

Síntomas de conjuntivitis en perros

La conjuntivitis puede presentarse en uno o en los dos ojos, dependiendo de la causa. En general es un proceso molesto, por lo que podremos observar que mantiene el ojo cerrado, aunque como antes hemos comentado, puede estar asociado con otras patologías y ser varios los síntomas que se muestran. La sintomatología de la conjuntivitis consiste en:

  • Hiperemia conjuntival o enrojecimiento del ojo.
  • Presencia de exudados o secreción, que puede ser serosa y clara, mucosa o purulenta.
  • Quemosis o conjuntiva llena de líquido (edema) e inflamada.
  • Formación de pliegues sueltos en los fondos de saco.
  • Pueden aparecer otros síntomas en función del tipo de conjuntivitis que padezca el perro.

Diagnóstico de la conjuntivitis

El veterinario determinará si la hiperemia (ojo rojo) se debe a una inflamación en la conjuntiva (conjuntivitis) o una inflamación episcleral (vascularización episcleral). Instaurando una gota de felinefrina se sabrá, ya que en caso de conjuntivitis, desaparecerá en gran medida la hiperemia, ya que se producirá palidez. En caso contrario, la inflamación o hiperemia persistirá. Esto podrá deberse a glaucoma o uveítis.

Debe realizarse un diagnóstico diferencial con cinco enfermedades que pueden simular una conjuntivitis. Estas son: queratitis (ulcerativa o no ulcerativa), queratoconjuntivitis seca, escleritis, uveítis y glaucoma.

Para esto se podrán realizar tests o pruebas complementarias en la clínica veterinaria por parte del profesional. Estas serán:

  1. Test de fluoresceína, el cual teñirá el estroma o parte hasta donde ha llegado la úlcera, dándonos información de si la hay o no.
  2. Tonometría: se medirá la presión intraocular con un instrumento. Esta debe ser de 15 mmHg a 25 mmHg. Resultados menores a 10 indicarán uveítis y mayores a 30 glaucoma. Diferencia de más de 5mmHg entre ambos ojos debe ser considerada significativa.
  3. Test de Schirmer: evalúa cuantitativamente la producción de lágrima en cada ojo. Se usa unas tiras especiales de papel que se doblan por un extremo y se colocan en el saco conjuntival inferior haciendo que el animal cierre los ojos. Al cabo de un minuto se observa el resultado. Resultados normales serían 15-20 mm de lágrima en un minuto. Valores por debajo de 10 mm se consideraría queratoconjuntivitis seca. Menores a 5 mm, lo mismo pero más severo.

Tratamiento para la conjuntivitis

Lo más importante es descubrir la causa desencadenante para poder corregirla, ya que el tratamiento dependerá de dicha etiología. Solo el veterinario puede decirnos ante qué tipo de conjuntivitis estamos. Deben corregirse las anomalías palpebrales que puedan existir, tratar la enfermedad sistémica y poner un tratamiento tópico que corrija la inflamación conjuntival.

Siempre que se sospeche de etiología de tipo bacteriana primaria o secundaria, se debe hacer uso de antibióticos tópicos de amplio espectro, por ejemplo un colirio poli-antibiótico que contenga neomicina, polimixina B y bacitracina. La frecuencia de administración depende de la gravedad de la conjuntivitis.

En caso necesario, debe realizarse un cultivo y antibiograma. En el caso de conjuntivitis por clamidias, debe administrarse cloramfenicol o tetraciclina en forma tópica. Ante una conjuntivitis folicular, al igual que la plasmocítica, debe emplearse un corticoide (dexametasona al 0,1%) vía tópica.

Es muy beneficioso la administración conjunta de ciclosporina tópica (05-2%) junto a los corticoides tópicos para una remisión más rápida de la sontomatología.

Higiene de los ojos en la conjuntivitis

Para aplicar cualquier fármaco es importante que el ojo se encuentre lo más limpio posible. Esto nos asegura que la medicación penetre bien y cumpla, así, su efecto. Por lo tanto, antes de medicar hay que eliminar todo tipo de secreciones y legañas. Con el ojo lo más limpio posible es momento de aplicar la medicación que nos haya recetado el veterinario. Repetiremos la limpieza antes de medicar mientras persista la secreción.

Podemos hacerlo humedeciendo una gasa o un algodón con suero fisiológico o, simplemente, agua. Limpiaremos suavemente y superficialmente de dentro hacia afuera, empleando una gasa distinta para cada ojo. Recordemos que una conjuntivitis en un ojo puede pegarse al otro ojo sano.

El uso de lágrima artificial de farmacia o pomadas lubricantes no estará de más usarlas entre las horas a las que se apliquen los colirios con el fin de humidificar y lubricar el ojo. Es importante no administrar en casa colirios a nuestra elección. Podría perjudicar la conjuntivitis y propiciar la aparición de otros síntomas con esta. Siempre debemos consultar al veterinario para garantizar el bienestar de nuestro animal.

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