Con el nombre de Enfermedad Inflamatoria Intestinal, o IBD por sus siglas en inglés, se agrupan una serie de enfermedades que afectan al intestino delgado y al grueso. Todas van a tener en común la aparición de signos persistentes de patología digestiva.
Para detectar la enfermedad específica va a ser necesario realizar una biopsia intestinal. Con esta prueba se podrá identificar la causa e iniciar el tratamiento más adecuado. Los perros con IBD pueden mejorar mucho su calidad de vida con un tratamiento adecuado.
- También te puede interesar: Mi perro hace las heces blandas
Origen de la enfermedad
El origen es por reacciones de hipersensibilidad del propio cuerpo a antígenos. Se caracteriza por padecer signos persistentes de enfermedad digestiva asociada a la inflamación del intestino delgado o grueso. Suele ir acompañado de vómitos.
Lo que ocurre es que la alteración de la mucosa intestinal da lugar a un fallo en la asimilación de nutrientes que quedan en la luz intestinal y no se absorben (se retiene agua por lo tanto y hay diarrea).
Síntomas de la Enfermedad inflamatoria intestinal
Aunque son varias las patologías que puede tener un perro con Enfermedad Inflamatoria Intestinal, en todas vamos a poder identificar unos síntomas similares. El cuadro clínico puede ser leve, moderado o grave.
La sintomatología es la siguiente:
Tipos de IBD
Según el tipo de patología involucrada, las abundantes células que se encuentren en el tracto digestivo (observables mediante endoscopia) serán diferentes. Identificarlas permitirá dar con la enfermedad específica. Aquí hay algunos tipos.
Enteritis linfoplasmocitaria
Es la causa más común de IBD en perros y una de las causas más frecuentes de vómitos y diarreas. Se caracteriza por una infiltración celular linfocítica y plasmocitaria (tipos celulares de defensa) que pueden deberse a: Giardia, sobrecrecimiento bacteriano, enteritis regional, linfosarcoma.
En cuanto a la sintomatología, se caracteriza por presentar diarrea de intestino delgado. Puede llegar a afectarse el estómago e intestino grueso. Pronóstico de bueno a reservado. Los principales fallos en el tratamiento suelen ser la infradosficación o la falta de diagnóstico.
Enteritis eosinofílica
Esta enfermedad es menos común. Se encuentran eosinófilos, que son glóbulos blancos, que también pueden recontarse elevados en una analítica de sangre. Afecta con frecuencia al estómago (perros) e intestino grueso (gatos). Existe cierta predisposición en Pastores Alemanes. El pronóstico es reservado.
Colitis granulomatosa
Es poco frecuente en pequeños animales. Se trata de una colitis regional. La causa suele ser E. coli (bacteria) enquistada en la mucosa del colon dando lugar a una inflamación. El cuerpo de nuestra mascota intenta rechazarlas por medio de la formación de granulomas.
La sintomatología comprendería: diarrea de intestino grueso, anorexia, adelgazamiento…
Linfangiectasia o enteropatía perdedora de proteínas
La mucosa del intestino actúa como una barrera protectora que controla la actividad de electrolitos y líquidos a través de ella, restringiendo grandes moléculas. En este caso se produce una pérdida de proteínas a la luz intestinal por una dilatación de los vasos linfáticos en las vellosidades. Puede ser congénito o adquirido. Mal pronóstico.
¿Qué perros sufren Enfermedad Inflamatoria Intestinal?
Hemos visto que algunas de las enfermedades incluidas en este grupo parecen tener una base genética, ya que afectan en mayor porcentaje a determinadas razas. Además de las mencionadas, destaca el Pastor Alemán. La variedad de pelo largo incluso padece una enteropatía específica.
Pero esto no quiere decir que solo los perros de raza enferman de IBD, ya que cualquier ejemplar puede verse afectado, con independencia de su raza. Eso sí, los perros de mediana y avanzada edad son los que con más frecuencia comienzan a presentar los síntomas de Enfermedad Inflamatoria Intestinal.
Diagnóstico de la Enfermedad Inflamatoria Intestinal
Para alcanzar un diagnóstico hay que determinar qué células inflamatorias están actuando en el digestivo. Una radiografía o una ecografía pueden mostrarnos una inflamación intestinal (esta última muchos más datos).
No obstante, solo la biopsia nos va a permitir identificarla. Consiste en bajo anestesia general del animal, tomar un fragmento de varias porciones de estómago y duodeno mediante endoscopio flexible con pinzas para analizar posteriormente en el laboratorio. Los resultados tardarán varios días.
Tratamiento
Se prescribe en función del tipo. Suele ser imprescindible y muy útil cambiar la dieta del perro a una hipoalergénica, que ayuda al control de los síntomas. Esta alimentación se basa en hidrolizados de proteína. Si hay alteración de intestino grueso se puede usar una dieta rica en fibra.
Se prescriben antibióticos como el metronidazol durante mes y medio. El siguiente paso si no responde a antibióticos será recurrir a fármacos inmunosupresores. En perros se usará la prednisona y cada tres semanas se hará disminución de la dosis un 25%.
Se podrá usar también la budesonida (menos efectos secundarios pero misma efectividad). Si no responde a esto, se usará ciclosporina. El veterinario tendrá que ir ajustando el tratamiento siempre que sea necesario con el objetivo de preservar, todo lo posible, la calidad de vida del perro.
Suplementos nutricionales
Además de los cambios en la alimentación, es posible completar el tratamiento recurriendo a complementos alimenticios. Por ejemplo, destaca la vitamina B12 o cobalamina, ya que es habitual que el perro enfermo no consiga absorberla bien, por lo que será deficiente.
Los prebióticos o probióticos son otros suplementos recomendables para el tratamiento de estas patologías. Hay ocasiones en las que se realiza trasplante fecal por endoscopia en íleon o colon.
Estudio con células madre
En los últimos avances veterinarios se ha demostrado que el uso de células madre parece ayudar a mejorar mucho el estado de los perros con enfermedad inflamatoria intestinal. Siempre en conjunto con una dieta específica y los medicamentos citados.
En el siguiente estudio se aplicó una infusión intravenosa de células madre en once perros con enfermedad inflamatoria intestinal (EII). Se realizó una evaluación endoscópica digestiva completa antes del tratamiento y entre 90 y 120 días después del tratamiento y se evaluaron los cambios en las mucosas mediante una escala endoscópica adaptada al propósito.
Las biopsias endoscópicas de cada sección digestiva se evaluaron histológicamente de acuerdo con los criterios del Grupo de Estandarización Gastrointestinal de la Asociación Mundial de Veterinarios de Pequeños Animales (WSAVA).
Resultados: No se informaron reacciones agudas a la infusión de ASC ni efectos secundarios en ningún perro. Se encontraron diferencias significativas entre el pre y postratamiento: la remisión de signos endoscópicos se produjo en 4/11 perros y los perros restantes mostraron una disminución del tratamiento. En ningún perro se consiguió remisión histológica (células).
En conclusión: una única infusión IV de células madre mejoró las lesiones gastrointestinales evaluadas macroscópicamente y redujo ligeramente la inflamación gastrointestinal evaluada por histopatología en perros con EII.
¿La Enfermedad Inflamatoria Intestinal se cura?
Para las enfermedades que se engloban en esta denominación existe tratamiento que mejora las condiciones de vida del perro. Pero es poco probable que se llegue a la curación total, aunque el pronóstico dependerá de la causa. La IBD se considera una enfermedad de curso crónico en la que puede haber recaídas.
No obstante, puedes probar con la medicina tradicional china si no está funcionando el conjunto de tratamiento antes descrito.
Bibliografía:
Fisiopatología digestiva en la asignatura patología médica. Universidad Alfonso X el Sabio e información proporcionada por el curso de enteropatías crónicas en el Hospital Veterinario Puchol.