Mi perro come pero no engorda ¿Qué le pasa?

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Perros como los galgos son de constitución delgada, de modo que es realmente complicado que los veamos con sobrepeso. Pero, si nuestro perro no es de este tipo de razas, que coma pero no engorde es motivo de preocupación.

Puede deberse, simplemente, a una descompensación entre la cantidad de energía que consigue con los alimentos y la que gasta. Pero, otras veces, comer y no engordar es signo de enfermedades graves que pueden perjudicar seriamente su salud. Veamos en detalle cuales son las principales.

La alimentación del perro

Si observamos que nuestro perro come pero no engorda lo primero en lo que debemos fijarnos es en su alimentación. No puede comer lo mismo un cachorro recién destetado que un perro adulto sedentario o uno anciano. Por ello, un perro no comerá el mismo alimento a lo largo de toda su vida.

Cada etapa se caracteriza por diferentes necesidades nutricionales. Por eso hay que adaptar la dieta al momento vital de nuestro perro. Si escogemos ofrecerle comida industrial como pienso, latas de alimento húmedo o menú deshidratado, encontraremos a la venta una amplia variedad. Si tenemos dudas sobre cuál elegir, hay que consultar con el veterinario.

Además, debemos comenzar por ofrecerle siempre la cantidad que indica el fabricante:

En función de si el perro engorda o adelgaza podemos modificar la ración. Si optamos por darle comida casera es imprescindible que contactemos con un veterinario especializado en nutrición para asegurarnos de que el menú es correcto.

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La actividad física del perro

Escogiendo una alimentación de calidad y adaptada a la cantidad que necesita el perro para cubrir sus necesidades no debería tener problemas de peso. Si estos se producen es momento de que nos fijemos en la actividad que desarrolla el perro.

Con el ritmo de vida actual, lo más frecuente es que nos encontremos con perros con sobrepeso o directamente, obesidad, consecuencia de un exceso de sedentarismo. Pero podría darse el caso contrario. Si el perro realiza mucho ejercicio, puede que no le llegue la dosis de comida que le correspondería por edad y peso.

Son perros que participan en jornadas de caza o en competiciones como el agility. Si es nuestro caso debemos replantear el menú y no solamente aumentar la cantidad. Algunas marcas de comida para perros fabrican productos especiales para ejemplares de alto consumo de energía.

Parásitos intestinales, causantes de delgadez

En primer lugar destacamos los parásitos intestinales como uno de los motivos por los que a un perro le puede costar engordar aun comiendo con normalidad. Este tipo de gusanos se alimentan del perro, de ahí deriva la merma de su estado físico. Este problema es más frecuente en cachorros o en adultos debilitados por alguna otra causa.

Podemos apreciar que están delgados y que presentan el abdomen hinchado. También pueden darse vómitos y diarrea o descomposición. Las infestaciones más graves son causa de anemia. Para evitar este problema es imprescindible desparasitar al perro con regularidad, tal y como nos paute el veterinario.

Cuando la comida no llega al estómago

El esófago es el tubo que lleva el bolo alimenticio que el perro traga hasta su estómago. En el trastono conocido como megaesófago, este tubo se agranda y, en vez de transportar la comida, la acumula. El perro come, de hecho va hacia el comedero con total normalidad.

Pero, en realidad, aunque nos puede pasar desapercibido, regurgita y vuelve a ingerir lo que ha expulsado. Los cachorros pueden sufrir de megaesófago congénito. Estos pequeños se verán desnutridos y raquíticos. Es imprescindible acudir al veterinario. En algunos casos puede intervenirse quirúrgicamente.

Cuando la comida sienta mal

A veces los perros comen con normalidad pero pierden peso porque alguna causa está irritando el estómago. Esto es lo que sucede en la gastritis crónica. Los perros pueden mostrar como síntoma los vómitos. Pero, como se presentan de manera esporádica, pueden pasarnos desapercibidos.

Esta gastritis se origina como consecuencia de alergias alimentarias, ingestión continuada de productos irritantes como hierba o papeles, bolas de pelo, cuerpos extraños, etc. Así, aunque no notemos ningún síntoma, si constatamos que el perro pierde peso, hay que llevarlo al veterinario.

El estómago está dañado, otra causa probable

Una úlcera gastroduodenal provoca una lesión en el tracto digestivo. Es causa de vómitos esporádicos que, por su frecuencia, pueden parecernos poco importantes, salvo que contengan sangre. El perro comerá pero irá adelgazando y estará anémico. En numerosas ocasiones las úlceras se producen en perros que están tomando corticoides.

Más comunes que las úlceras son las llamadas enfermedades inflamatorias del intestino. En estos casos el perro come, pero adelgaza y presenta otros síntomas como diarrea crónica, anemia y desnutrición.

Se produce una malabsorción que hace que, aunque el perro coma, incluso con voracidad, no consiga absorber todos los nutrientes que necesita o es incapaz de digerir la comida. En cualquier caso hay que acudir al veterinario y pasar a alimentarlo con una dieta específica.

Otras enfermedades comunes enfermo

No solo trastornos digestivos pueden estar detrás de que un perro coma, incluso más de lo normal, pero no engorde. Diferentes enfermedades sistémicas pueden afectar a todo el organismo y el adelgazamiento es uno de sus síntomas. Hay que acudir al veterinario.

Destacamos las siguientes:

  • Insuficiencia pancreática exocrina: el páncreas ayuda a la digestión. Si no funciona correctamente, los nutrientes que el perro ingiere con los alimentos no pueden ser absorbidos. Hay diferentes causas. Es normal que el perro coma con voracidad, aunque adelgaza. También presentará diarrea. Normalmente se trata con dieta y suplementos.
  • Diabetes: en esta afección se produce una insuficiente producción de insulina. Como su función es hacer que la glucosa entre en las células, sin ella esta se acumula en la sangre. Es la hiperglucemia. El apetito del perro se ve aumentado al inicio de la enfermedad, pero adelgaza. También bebe y orina más. Se trata con dieta e inyectando insulina.
  • Miocardiopatía dilatada: se trata de una enfermedad que produce una dilatación en el corazón, afectando a su funcionamiento. El perro adelgaza rápidamente, se muestra cansado y tose. El tratamiento intenta mantener el trabajo del corazón y controlar la sintomatología.
  • Filariosis: esta enfermedad la causan gusanos que se alojan en el corazón. La transmite un mosquito. Los signos clínicos dependen de la gravedad de la infestación. El perro se cansa, tose, pierde peso y respira con dificultad. El tratamiento es muy delicado, se pauta en función de cada caso. Los esfuerzos se centran en prevenir el contagio repeliendo al mosquito.
  • Insuficiencia renal: se debe a un fallo en los riñones que se presenta de manera crónica. Los perros enfermos beben y orinan más, el aspecto de su pelaje es malo, pueden vomitar y, en algunos casos, dejan de comer. Se trata con dieta y los fármacos adecuados según los síntomas que se presenten.
  • Cáncer: la aparición de cáncer es más común en perros mayores. Muchos son tumores apreciables como bultos. Pero, cuando se desarrollan en el interior del organismo, los síntomas son inespecíficos, como adelgazamiento, vómitos, diarrea o estreñimiento. Se recomienda acudir a revisión veterinaria anual para detectarlos precozmente.

Bibliografía
Carlson y Giffin. 2002. Manual práctico de veterinaria canina. Madrid. Editorial el Drac.

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