¿Mi perro no me quiere?

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Aunque hemos evolucionado juntos, los humanos y los perros no siempre logramos comprendernos. Esto permite que, en ocasiones, dudemos del cariño que siente nuestro perro por nosotros.

Sin embargo, es posible que a pesar de nuestras sospechas, nuestro perro nos quiera pero no sepamos interpretar su forma de demostrarlo ¿Quieres saber si tu perro te quiere?

Los perros nos quieren

Esta afirmación es completamente cierta, lo vemos cada día en perros maltratados que jamás se revuelven contra los humanos que les pegan.

Lo vemos, también, en cómo se adaptan a vivir en nuevas familias cuando son adoptados y, aunque algunos necesiten tiempo para volver a confiar, su primera respuesta nunca es un ataque.

Partiendo de esa base también es cierto que cada perro posee una personalidad única. Esto quiere decir que, a nuestros ojos, los habrá más o menos cariñosos, con mayor o menor vínculo con sus cuidadores, etc.

Y son estas diferencias las que pueden hacernos pensar que nuestro perro no nos quiere.

Demostraciones de afecto canino

Como humanos entendemos que nuestro perro nos quiere cuando muestra comportamientos como los siguientes:

  • Siempre está cerca de nosotros.
  • Quiere dormir en nuestra cama.
  • Nos lame.
  • Nos recibe efusivamente aunque solo nos hayamos ausentado unos minutos.
  • Su juego favorito nos incluye.
  • Acude a nuestra llamada presuroso y alegre.
  • Nos protege si intuye algún peligro.
  • Nos permite manipularlo, incluso la barriga.
  • Nos obedece.
  • Intenta consolarnos si nos siente tristes.
  • Nos mira con atención mientras le hablamos.
  • Acepta nuestros mimos, besuqueos y abrazos.
  • Permite que lo bañemos, cepillemos y hasta que le sequemos con secador (con cuidado de no quemarle).

Y es que los perros son animales de manada, la necesitan, y nos sienten como parte de su familia.

Les proporcionamos comida y cubrimos sus necesidades lo que a sus ojos nos convierte en una especie de madre gigante, ya que cumplimos las funciones propias de ella durante sus primeras semanas de su vida.

Así, muchos de los comportamientos listados siguen ese instinto de seguridad y sumisión delante del cuidador.

perro observador

Los perros poco cariñosos

Hemos dicho que los perros nos quieren pero no todos van a mostrar las conductas del apartado anterior.

Además de influir la personalidad del perro, que puede ser más o menos cariñoso, también hay que tener en cuenta las experiencias por las que ha pasado a lo largo de su vida y cómo nos relacionamos nosotros con él, lo que puede afectar de la siguiente manera:

  • Su periplo vital: Para que un perro desarrolle relaciones sanas en las que se encuentre seguro y tan cómodo como para mostrar todo su afecto es crucial la experiencia durante su período de socialización o imprinting.

Esta fase comprende los primeros meses de vida y es en la que el perro aprende los fundamentos de la conducta canina siguiendo las enseñanzas que recibe de su madre y hermanos.

Es por eso que nunca debemos adoptar a un cachorro menor de 8-10 semanas y, en el caso de tratarse de una camada sin madre, debemos mantenerlos juntos hasta esa edad.

Nos ahorraremos muchos problemas de comportamiento futuros. Además, si el perro ha tenido la desgracia de caer en manos de un mal cuidador puede desarrollar comportamientos negativos sin entender qué es lo que está haciendo mal.

Encima si ha sufrido maltrato no es extraño que presente miedo hacia los humanos, mostrándose retraído ante ellos, completamente sumiso, huidizo o incluso agresivo, debido al pánico, si se siente acorralado. Todos estos perros son recuperables con paciencia, amor, respeto y conocimiento.

  • Nuestro manejo: Aunque nos cueste reconocerlo a veces somos nosotros los que no sabemos hacernos entender por nuestro perro. Lo tratamos poniendo en práctica nuestros parámetros de comportamiento humano y el resultado es que, aunque él intenta siempre complacernos, la comunicación no es posible.

Por poner un ejemplo, si llamamos a nuestro perro y tarda en acudir, pero lo hace, y nosotros, enfadados por la tardanza, le reñimos, le estamos transmitiendo que atender a nuestra llamada es negativo, de forma que cada vez será más reacio a obedecer, no porque no nos quiera sino porque hemos cometido un error.

Por eso es importante, antes de adoptar, informarse sobre el mundo de los perros, acudir a clases y, por supuesto, contactar con profesionales en comportamiento si surge algún problema.

Cómo conseguir el cariño de nuestro perro

Podemos seguir consejos como los siguientes para establecer un buen vínculo afectivo con nuestro perro:

  1. Observarlo, porque es el primer paso para comprenderlo.
  2. Dirigirnos a él siempre de manera suave y lenta, pues la brusquedad transmite nerviosismo. Estaría bien que aprendiésemos las señales de calma que lo van a tranquilizar.
  3. No forzarlo nunca. Si no quiere ser tocado debemos respetarlo.
  4. Que sea él quien se acerque, siendo este un buen momento para premiarlo y que así nos vaya asociando a sensaciones positivas.
  5. Comenzar a manipularlo mediante el aseo es otra de las prácticas que van a generar vínculo. Tocarlo, siempre poco a poco, lo devuelve a su época de cachorrito.
  6. Pasear y, si lo hace, jugar a diario son actividades que favorecen y fortalecen una buena relación.
  7. Establecer una rutina de alimentación y actividades y, sobre todo, darle su espacio, que pueda sentirse tranquilo y seguro.
  8. Por supuesto, si el perro está aterrorizado y no conseguimos que mejore debemos ponernos en manos de un profesional del comportamiento.

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