Otitis externa canina – Síntomas y tratamiento

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La otitis externa es una inflamación aguda o crónica del conducto auditivo externo, y que por su presentación es la más frecuente en la clínica diaria veterinaria. La molestia será más o menos severa, lo que también repercutirá en el tratamiento.

Es fundamental que acudamos al veterinario al primer síntoma, ya que, de lo contrario, es posible que el problema se agrave, afectando a estructuras medias o internas, aumentando el dolor y pudiendo generar complicaciones como la afectación de la membrana timpánica.

Definición de otitis externa y otros tipos

La otitis externa es el tipo más común de otitis que se presenta en consulta. Más o menos se sitúa en ¼ de las consultas dermatológicas en perros y 1/6 en gatos.

Por lo que vamos a centrarnos más en este tramo de afectación. Así pues, la otitis externa es la inflamación del epitelio de revestimiento del conducto auditivo externo. Puede afectar a uno o a los dos oídos.

El oído se divide en el conducto auditivo externo, oído medio y oído interno. Normalmente la progresión de la otitis externa y la afectación de la integridad de la membrana timpánica, conduce a otitis medias e internas. Veámoslas.

Otitis media

Esta otitis va a afectar al oído medio y suele ser consecuencia de una otitis externa que ha progresado. La sintomatología es similar en ambos casos, aunque aquí con mucho más dolor, ya que la membrana timpánica se habrá afectado. Normalmente esto ocurrirá en animales con otitis crónicas que no remiten tras varios meses (nueve aproximadamente) e incluso años alternantemente.

Se necesitará en estos casos hacer un cultivo tras un lavado auricular o flushing bajo anestesia general. Necesitarán dos meses de tratamiento. Se verán al microscopio neutrófilos y bacilos juntos.

Otitis interna

En el caso de esta otitis, la infección o la inflamación han avanzado hasta el oído interno. No se da frecuentemente, pero es una grave patología, por lo que hay que evitar llegar a estos extremos. La característica destacable es que afectan también al sistema vestibular (del equilibrio).

Así pues, los perros adoptan una postura anómala, ladean la cabeza (normalmente hacia el lado afectado), se marean, presentan descoordinación, andan en círculos.

Etiopatogenia o causas otitis externa

Su origen es multifactorial y complejo, ya que a menudo coexisten varias causas a la vez. Las causas se pueden agrupar en cuatro grupos.

  1. Factores predisponentes: facilitan la presentación de un cuadro de otitis externa pero su sola presencia no es capaz de desencadenar un episodio de otitis. Aquí nos referimos a razas de orejas péndulas, exceso de humedad en el conducto (baños sin secado de oídos por ejemplo), obstrucción del conducto como pasa en razas braquicefálicas (por propia anatomía).
  2. Causas primaras: son las que ocasionan las otitis por sí solas. Ejemplo de ello son: traumatismos, espigas, tumores, parásitos y más frecuentemente reacciones de hipersensibilidad (atopia, dermatitis alérgica a picadura de pulga).
  3. Causas secundarias: agravan el proceso, pero solo pueden instaurarse o propagarse cuando hay una causa primaria instalada. Estas son: bacterias (Staphylococos, Streptococos y Enterococos) y hongos (Malassezia, Cándida).

Síntomas de otitis externa en un perro

Los signos clínicos de la otitis externa en fases tempranas de la enfermedad pueden pasar desapercibidos para el propietario. Sin embargo, a medida que transcurre la inflamación, presentará unos síntomas más apreciables, por lo que detectarla será sencillo. Nuestro perro mostrará alguno o varios de los siguientes síntomas:

  • Sacudida excesiva de la cabeza, agitando sus orejas.
  • Prurito y rascado frecuente en la zona de las orejas con las patas.
  • Enrojecimiento e inflamación del pabellón auditivo externo. El pabellón auricular afectado tiende a cambiar su morfología, pudiendo aparecer más caído en caso de orejas erectas o asimétrico en el caso de las orejas péndulas.
  • Exudado abundante a menudo maloliente.
  • Posible mal humor de nuestro perro a causa del dolor.

Diagnóstico de la otitis externa

El veterinario tras una anamnesis o historia clínica y examen físico general del animal, procederá a explorar el oído del animal. Conviene primero examinar el oído sano (si lo hay) con el fin de comparar. Tras haber observado el sano, con un otoscopio examinará el oído afectado.

Si el pabellón auricular externo está muy engrosado e inflamado, quizás te recete corticoides  para desinflamar la zona y poder observar qué está pasando. En caso de que se pueda observar con el otoscopio, lo primero que se valorará es si hay cuerpo extraño (espiga en época estival), el nivel de secreción e integridad de la membrana timpánica o tímpano. Es posible que esta exploración no sea posible sin una sedación del animal.

A continuación, se deberá introducir un hisopo (especie de bastoncillo grande) con el fin de obtener muestras de exudado del oído. Esto se depositará en un portaobjetos para analizar al microscopio qué tipo de células o bacterias están presentes en la otitis (si las hubiera). Por último, el veterinario decidirá si realizar un cultivo con un hisopo estéril y envío de muestra al laboratorio en un medio de conservación.

En los casos en que la cantidad de exudado dificulte una correcta visualización del conducto, puede ser recomendable realizar un lavado auricular bajo anestesia con productos no ototóxicos (suero atemperado). Esto también se realizará en casos de otitis media u otitis externas crónicas.

Tratamiento para la otitis externa en perros

Como tratamiento previo o complementario al empleo de gotas óticas, es siempre recomendable el empleo de soluciones limpiadoras, las cuales tienen funciones como: efecto secante, modificante del pH (configurando un hábitat hostil para los microorganismos), potenciador de antibióticos, antiséptico.

El primer paso siempre debe ser limpiar bien el oído porque es lo que nos asegura que la medicación que apliquemos pueda penetrar en el conducto y sea efectiva. Después, en casa debemos administrar el tratamiento prescrito en función de la causa.

El enfoque del tratamiento debe ser tratar la causa que produce otitis exclusivamente. Lo malo de algunos tratamientos veterinarios es que combinan varias sustancias antibióticas, antifúngicas, corticoides. Por lo que habrá que escoger el más adecuado en cada caso, ya que dependiendo también de si el tímpano está íntegro o no, el tratamiento variará.

Cómo aplicar medicación en el oído

Para tratar una otitis es básico que consigamos que el fármaco prescrito llegue de manera eficaz a todo el conducto. Para ello, debemos echar el producto al fondo del pabellón auditivo y a continuación masajear suavemente la base de la oreja para extenderlo bien.

Sujetaremos la cabeza del perro para evitar que se sacuda antes de que el fármaco haya penetrado en el conducto. Después, secaremos el exceso de secreción que se quede en el pabellón auditivo.

Prevención de problemas de oído

No siempre será posible evitar una otitis, pero sí podemos seguir una serie de recomendaciones para mantener un oído sano. La primera medida es acudir al veterinario ante cualquier signo de problema auricular para prevenir complicaciones. Otras pautas aconsejables son las siguientes:

  1. Evitar la humedad en el conducto auditivo. Para ello podemos poner en los oídos bolas de algodón cuando tengamos que bañar al perro, ya que como antes hemos explicado, el agua en el conducto es un factor predisponente. Si el perro nada, al finalizar tenemos que secarle muy bien las orejas.
  2. No utilizaremos ningún producto en el interior del oído si no lo ha prescrito el veterinario. Si el tímpano estuviese perforado, este podría causar graves daños en estructuras de la audición y laberintitis.
  3. Es conveniente revisar las orejas tras paseos por zonas secas y sobre todo en primavera y verano. Las espigas son un cuerpo extraño de introducción frecuente en el oído de nuestra mascota. Veremos que se sacude e inclina la cabeza. Requerirá en algunos casos de sedación.
  4. No hay que arrancar el pelo del conducto auditivo. Aunque esta práctica es muy común y pretende evitar otitis, se ha demostrado que consigue el efecto contrario, produce inflamación. Se podrá hacer en los casos de otitis ya instaurada, para evitar que se junte con a la posible secreción.

Se podrá limpiar los oídos de forma rutinaria cada dos semanas por ejemplo (depende de muchos factores) con una gasa y líquido ótico sin antibiótico, corticoides u otras sustancias. De esta manera evitaremos en la medida de lo posible las otitis o por lo menos estaremos más atentos por si se da una.

Bibliografía
Información aportada por la asignatura patología médica, apartado otitis externas. Impartida en la Universidad Alfonso X el Sabio.
En contraste con el seminario otitis externa canina: un abordaje global impartida por César Yotti Álvarez.

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