Perro de San Huberto o BloodHound

Los antepasados del San Huberto, también conocido como Bloodhound en inglés o Chien de Saint-Hubert en francés, fueron criados en la Francia medieval para perseguir a ciervos y jabalíes por los bosques en las largas jornadas de caza.

Hoy en día, esta raza canina, muy activa e inteligente, sigue conservando su agudo sentido del olfato, siendo uno de los perros más utilizados para labores de rastreo y rescate. Los entusiastas del San Huberto lo adoran por su carácter amable y su apariencia única.

El curioso carácter del San Huberto

El San Huberto es un perro lleno de contradicciones: dócil pero testarudo, decidido pero pacífico, afectuoso pero algo tímido con personas que no conoce…

Como buen sabueso, es un perro muy activo que no sabe estar quieto: se pasa el día olisqueando, royendo cualquier cosa que esté a su alcance, curioseando y babeando.

Sin embargo, no es un buen perro guardián, ya que le pierde su temperamento dulce y amable con las personas. Este cariño hacia los humanos puede causar en el San Huberto demostraciones explosivas de alegría en forma de brincos y sonoros ladridos, aunque la mayor parte del tiempo es un compañero tranquilo y equilibrado.

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Características físicas de la raza Bloodhound

El San Huberto, también conocido cómo Bloodhound, es un perro de gran tamaño con una altura a la cruz de 65 a 70 cm y un peso aproximado de 40-50 kg, valores que son más bajos en las hembras.

Fuerte y voluminoso, aunque muy ágil, el cuerpo de este perro es más largo que alto, con extremidades fuertes y patas redondeadas. Los rasgos más característicos de esta raza se encuentran en la cabeza, concretamente en la papada, las orejas largas y colgantes y en los pliegues y arrugas de la cara.

Toda esta fisonomía ayuda a canalizar los olores desde el suelo hasta la nariz del experto rastreador que es el San Huberto. Y es que su cualidad estrella es el olfato: este perro es capaz de oler el más mínimo indicio de un rastro.

¿Cómo es su pelo?

El pelo de los perros de esta raza es corto y muy suave. Los colores más habituales son el negro, leonado y rojo oscuro. A menudo presenta manchas blancas en el pecho, las patas y la cola.

Hay que cepillar su pelo una vez a la semana, con más frecuencia durante las épocas de muda. También es importante limpiar con mucho cuidado el interior de sus pliegues faciales con el objetivo de prevenir infecciones bacterianas.

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Educación y adiestramiento

Para adiestrar a un San Huberto hay que estar bien armado de paciencia, pues se trata de un perro muy testarudo que siempre intentará hacer las cosas a su manera. Por suerte, su tozudez se ve compensada por su temperamento casi siempre amable y sus ganas de agradar.

Conociendo estas peculiaridades de su carácter, lo más adecuado en su entrenamiento es usar técnicas de refuerzo positivo, tales como elogios y recompensas de alimentos. Estas sesiones no deben superar los quince minutos y deben evitar los castigos severos, tanto físicos como verbales.

Socialización

El temperamento de esta raza está condicionado por una serie de factores entre los que hay que incluir la herencia, el entrenamiento y la socialización. Los cachorros de San Huberto son curiosos y juguetones, siempre dispuestos a estar con los niños y a dejarse mimar.

Es aconsejable evitar que los niños jueguen con el San Huberto hasta que el perro no haya completado su proceso de maduración y socialización. De lo contrario, debido a su fuerza y su gran tamaño, puede causar daños a los pequeños, aunque sea de forma involuntaria.

Cuidados recomendados para la raza

El San Huberto puede vivir sin problemas tanto en pisos y apartamentos pequeños como en casas de campo. No se adapta mal a los espacios reducidos pero por su tamaño se siente mejor si dispone de un patio o jardín donde correr y disfrutar de la vida al aire libre.

En estos casos conviene que este espacio esté bien vallado pues es un perro especialmente habilidoso para escaparse detrás de cualquier rastro olfativo que despierte su interés.

No menos importante es mantener una buena higiene dental, así como revisar y limpiar regularmente el interior de sus orejas, ya que esta raza es propensa a padecer infecciones de oído recurrentes.

En líneas generales es un perro saludable y sin problemas. Un San Huberto bien cuidado y alimentado puede llegar a vivir hasta 15 años.

¿Necesita mucho ejercicio?

Hay que sacarlo a dar una larga caminata al menos un par de veces al día, lo cual puede ser una tarea más agotadora para nosotros que para el perro.

El San Huberto tira fuerte de la correa, por lo que se suele decir en broma que los dueños de estos perros tienen un largo más brazo que el otro.

Sin duda es un perro que requiere de aire libre y libertad para poder gastar su exceso de energía diario, no es un perro alfombra ni un perro que requiera pocos paseos / ejercicio.

Jose Antonio Ramos

Adiestrador canino, titulado en el centro de educación canina Larcan. Técnico en modificación de conducta, ampliando estudios en etología canina. Ilusiuonado por compartir conocimientos y experiencias con los lectores de Soyunperro.

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