Mi perro no tiene testículos

Los testículos de los perros son visibles, sobre todo en los ejemplares de pelo corto. Pero a veces no llegan a descender a la bolsa escrotal, sino que se mantienen retenidos en el interior del cuerpo, pudiendo causar problemas. Veamos cuales son los problemas más habituales y la solución.

La anatomía de un perro normal

Desde el momento en el que un perrito nace ya es posible distinguir si se trata de un macho o de una hembra. En los machos podremos observar un abultamiento en la zona abdominal, alejado del ano, que se corresponde con su aparato reproductor. En cambio las hembras tienen sus genitales más pegados al ano.

Cuando nacen los cachorros machos no vamos a poder ver sus testículos. Estos se encuentran en el interior del cuerpo y no es hasta aproximadamente las 6-8 semanas de vida que van a descender al escroto, que es la bolsa que los contiene.

Si este descenso no se produce nos puede parecer que el perro no tiene testículos. En algunos perros este descenso puede retrasarse hasta los seis meses de edad sin que suponga ninguna patología.

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La criptorquidia en perros

Este es el nombre con el que se designa a la alteración por la que los testículos van a estar ausentes del escroto. Es un trastorno hereditario. Un perro adulto con este problema va a ser estéril.

Hay que tener en cuenta que circunstancias como el frío, la excitación o incluso un juego muy activo pueden hacer que los testículos se retraigan de forma que palpemos el escroto vacío. En otros momentos, en cambio, sí podremos llegar a tocarlos en el escroto. Por lo tanto, estos cachorros no son criptorquídicos.

Si el perro tiene más de seis meses y en ninguna circunstancia hemos conseguido detectar los testículos dentro del escroto debemos comunicárselo al veterinario. Dejar a estos perros sin tratar no es una opción porque las consecuencias podrían ser nefastas. La castración de estos perros previene la aparición de tumores testiculares.

También existe lo que se conoce como monorquidia, cuando solo uno de los testículos se encuentra retenido. Al contrario que en los perros criptorquídicos, estos son fértiles, pero en ningún caso se recomienda criar con ellos. El tratamiento de elección también pasa por la extirpación de ambos testículos.

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¿Qué hacer si mi perro no tiene testículos?

Cuando confirmamos la criptorquidia en un perro el tratamiento recomendado va a ser la extirpación de los testículos retenidos. De lo contrario se corre un riesgo muy elevado de que se desarrollen tumores testiculares. La mayoría de estos tumores en los perros se producen en los testículos retenidos.

Si no conseguimos localizar los testículos del perro en la bolsa escrotal y palpamos una inflamación o masa en la ingle, podemos estar ante un caso de testículo retenido que ha desarrollado un tumor. El tratamiento para ambas patologías es la castración. En los casos de cáncer suele resultar curativa incluso cuando la tumoración es maligna.

La clave de esta intervención está en localizar y extirpar ambos testículos retenidos. Para ello nuestro veterinario debe realizar una incisión en el abdomen, ya que los testículos pueden localizarse tanto en la región inguinal como en la cavidad abdominal.

Realizar ecografías ayudará al veterinario a ubicarlos con exactitud. Después de la cirugía tendremos que desinfectar la incisión y vigilar su cicatrización. Sobre todo debemos evitar que el perro muerda o lama la herida usando un collar isabelino para perros.

¿Y si los testículos de mi perro son muy pequeños?

Estaríamos ante un caso de lo que se conoce como hipoplasia testicular. Se trata de un trastorno del desarrollo que se caracteriza porque, aunque el perro alcanza la madurez, uno o sus dos testículos no van a tener el tamaño que sería normal.

Otro caso diferente es la denominada degeneración testicular, que se distingue de la hipoplasia en que la degeneración no es un problema de nacimiento, sino que se adquiere, es decir, son perros que tenían los testículos de un tamaño normal. Puede producirse tras una esterilidad tanto permanente como temporal. Una fiebre muy elevada, por ejemplo, es una causa de degeneración reversible.

La fiebre va a incrementar también la temperatura del escroto, impidiendo esta producción. Enfermedades causantes de fiebre como moquillo o parvovirus pueden asociarse a degeneración testicular.

María Besteiros

Auxiliar Técnico Veterinaria y presidenta de una protectora de animales. Desde niña mis intereses giraron alrededor de los animales, la lectura y la escritura, por eso me formé para ejercer como ATV y me doctoré en Filoloxía Galega. Además, estoy vinculada a la protección animal a través de protectoras. En la actualidad soy casa de acogida de siete perros y cinco gatos. Escribir sobre perros es una forma de compartir los conocimientos que he adquirido sobre ellos a lo largo de los años, a la vez que me permite unir mis profesiones.

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