9 Enfermedades oculares comunes en perros – Síntomas y causas

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Los ojos de los perros son órganos muy delicados. Expuestos al medio, pueden verse afectados por distintas enfermedades y patologías. Las más leves no producirán más que una irritación del globo ocular pero las de mayor gravedad pueden ser incluso causa de ceguera.

En cualquier caso, todas van a necesitar la asistencia del veterinario ya que es muy peligroso que administremos medicación ocular por nuestra cuenta. A continuación, repasamos las enfermedades oculares más habituales en los perros, sus síntomas y las atenciones que requieren.

Síntomas de enfermedades oculares

Aunque son muy diversas las patologías que pueden afectar a uno o a los dos ojos de nuestro perro, los signos que estas producen suelen ser similares. Ante la detección de alguno de ellos debemos acudir al veterinario para que determine de qué enfermedad se trata exactamente. Estos son algunos de los síntomas habituales:

  • Dolor. Incluso puede manifestarse con gemidos.
  • Lagrimeo.
  • Secreción ocular.
  • Enrojecimiento.
  • Nube sobre el ojo
  • Estrabismo, que es la pérdida de paralelismo de los ojos.
  • Fotofobia o sensibilidad a la luz.
  • Protrusión de la membrana nictitante o tercer párpado, cubriendo en mayor o menor medida el ojo.
  • Consistencia dura o blanda del globo ocular.
  • Irritación, inflamación de los párpados o pérdida de pelo a su alrededor.
  • Ojos saltones o hundidos.
  • En ocasiones, un problema ocular también reduce el apetito del perro y lo mantiene aletargado.

Entropión

En este problema los bordes de los párpados se pliegan sobre el ojo. Sobre todo afecta al párpado inferior. Se trata de un defecto congénito. Por eso lo vemos con mayor frecuencia en razas como el Shar pei, el Chow Chow, el Gran danés, el San Bernardo o el Bulldog.

El roce continuo del párpado evertido con el globo ocular es causa de lagrimeo y de estrabismo. La córnea también puede llegar a dañarse. El tratamiento de elección es quirúrgico.

Tumores palpebrales

En los párpados el tumor más habitual es el adenoma en las glándulas de Meibomio. Lo observaremos como bultos con aspecto de coliflor. También pueden identificarse adenomas sebáceos, más habituales en perros mayores, o papilomas. Suelen extirparse para evitar que rocen la córnea y acaben dañándola.

Prolapso de la glándula lacrimal del tercer párpado

Visualmente es muy fácil identificar este problema, ya que se aprecia un bulto similar a una cereza en el borde interno del ojo. Este contacta con la superficie ocular y puede causar irritación y conjuntivitis recurrentes, que no acaban de remitir.

Es un defecto congénito y más común en razas como el Cocker spaniel, el Beagle o el Bulldog y en perros de talla pequeña. Se recurre a la cirugía para solucionarlo, recolocando la glándula en su lugar.

Conjuntivitis

La conjuntivitis es una inflamación de la conjuntiva. Es quizás el problema más común. Observaremos secreción ocular que puede ser serosa, mucosa o purulenta, ya que hay diferentes tipos de conjuntivitis. Puede estar causada por una irritación consecuencia de, por ejemplo, el aire frío, una alergia o bacterias.

Por eso, aunque muchos cuidadores tratan la conjuntivitis con manzanilla, lo cierto es que es imprescindible acudir al veterinario para que determine con exactitud la causa. El tratamiento suele incluir antibióticos, corticoides en algunos casos, además de mantener el ojo limpio.

Úlcera corneal

Se trata de una herida que va a afectar a la córnea con mayor o menor profundidad. Normalmente se produce por un traumatismo, pero puede asociarse a distintas enfermedades. Es un problema que suele resultar muy doloroso. También hay lagrimeo, estrabismo, picor o fotofobia.

En ocasiones la úlcera es apreciable como una zona mate. Es muy importante acudir al veterinario porque, para evitar daños graves, el tratamiento debe ser precoz. Pueden recetarse fármacos durante un tiempo prolongado. Si no hay mejoría, se recurre a la cirugía, pudiendo escoger entre varias técnicas.

Queratitis

La identificaremos como una nube en el ojo. Se debe a una inflamación de la córnea. Aparece lagrimeo intenso, estrabismo, fotofobia y protrusión del tercer párpado. Hay distintos tipos pero todos tienen en común que pueden ocasionar ceguera. Destaca la queratitis intersticial u ojo azul, que aparece en los casos de hepatitis infecciosa.

También el pannus, una queratitis pigmentaria que, sobre todo, afecta al Pastor Alemán. Algunos tipos de queratitis son progresivos e incurables, por lo que el tratamiento solo puede controlar la progresión. Otros tipos se tratan con corticoides administrados de por vida bajo estricta supervisión veterinaria.

Cataratas

La catarata supone la pérdida de transparencia del cristalino. La observaremos como una película grisácea. Hay cataratas congénitas o juveniles que afectan a razas como el Cocker spaniel, el Boston terrier, el West Highland white terrier, el Golden, el Husky, el Bobtail, el Caniche o el Schnauzer miniatura.

Otras son adquiridas y se deben a la vejez o a distintas enfermedades. Hay técnicas quirúrgicas para eliminar las cataratas, pero no todas ellas son operables. Las juveniles, en ocasiones, se reabsorben de manera espontánea.

Uveítis

Es la inflamación de dos zonas del ojo que se denominan iris y cuerpo ciliar. Su aparición se asocia con diversas enfermedades sistémicas o locales, aunque, en otros casos, no se llega a averiguar la causa.

Es una afección dolorosa, que produce lagrimeo, estrabismo, fotofobia, protrusión del tercer párpado, disminución del tamaño de la pupila, nube en el ojo y consistencia blanda. El veterinario tendrá que identificar la causa que lo ha desencadenado, ya que de ello depende el tratamiento.

Glaucoma

El glaucoma es una enfermedad peligrosa, ya que puede causar ceguera. Se produce cuando se genera más humor acuoso del que se elimina. Esto aumenta la presión intraocular, lo que puede provocar lesiones en el nervio óptico y en la retina.

Puede ser primario, afectando más a razas como el Beagle, el Cocker spaniel, el Samoyedo o el Basset hound. El secundario es una complicación de otras enfermedades. El glaucoma provoca dolor, lagrimeo, estrabismo, ojo duro, neblina y pupila aumentada. Se trata de una urgencia, pues la ceguera puede producirse en horas.

El tratamiento se centra en disminuir la presión intraocular lo antes posible. Si no funciona se recurre a la cirugía. Un glaucoma crónico aumenta el tamaño del globo ocular. Hay ceguera y se recomienda la extirpación, pues será propenso a lesiones y dolor.

Bibliografía
Carlson y Giffin. 2002. Manual práctico de veterinaria canina. Madrid. Editorial el Drac.

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