Mi perro se está volviendo agresivo ¿Qué hacer?

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Una de las mayores señales de alerta se enciende para los tutores cuando observan que el comportamiento de sus perros ha cambiado y empieza a mostrar señales de agresividad defensiva u ofensiva hacia personas, otros perros u animales de diferentes especies. Si estás pasando por ello, lo más probable es que te hagas preguntas como «¿por qué mi perro se está volviendo agresivo?» y «¿qué puedo hacer para que mi perro deje de ser agresivo?«.

Antes de comenzar, nos gustaría felicitarte por haber tomado la decisión de no ignorar este comportamiento en tu perro y buscar el conocimiento necesario para ayudarlo. Y ahora, te invitamos a seguir leyendo este artículo, pues aquí encontrarás las explicaciones que estás buscando y algunos consejos para lidiar con esta situación. ¿Comenzamos?

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¿Por qué mi perro se está volviendo agresivo?

Lo primero que necesitas tener claro es que la agresividad en los perros es un problema de comportamiento grave que requiere un tratamiento adecuado. Ello significa que no hay circunstancias ni contextos donde podamos considerarla algo ‘normal’ o ‘aceptable’, pues siempre indica que el perro está experimentando emociones o situaciones negativas que lo llevan a adoptar una postura defensiva u ofensiva, y esta postura representa un riesgo para el propio perro y todos los individuos que conviven con él o se encuentran a su alrededor.

También es importante entender que un perro agresivo no tiene nada que ver con un perro dominante. La dominancia hace parte de los códigos de conducta de diferentes animales, pero se manifiesta únicamente entre individuos de una misma especie. Es decir, que los perros jamás serán dominantes en relación a sus tutores (humanos), ya que solo expresan la dominancia cuando interactúan con otros perros.

Hechas estas aclaraciones iniciales, lo siguiente que debes saber es que no existe una única explicación de por qué tu perro se está volviendo agresivo. La agresividad en los perros tiene muchas posibles causas, que pueden estar relacionadas tanto con aspectos internos o propios de su organismo, como con factores ambientales y la educación que recibe de sus tutores. A continuación, hablamos mejor de este tema.

Principales causas de la agresividad en perros

Antes de avanzar, queremos recordar que la genética no condena ningún perro a la agresividad, y decimos ello porque se siguen alimentando mitos sobre razas de perros peligrosas o naturalmente agresivas. Si bien la herencia genética sí influye en los patrones de comportamiento de un perro, es absurdo afirmar que un animal, independientemente de su especie, está destinado a volverse agresivo debido a las informaciones que carga en sus genes.

Con ello bien aclarado, veamos entonces cuales son las principales causas porque un perro se vuelve agresivo:

  • Problemas de salud: hay varias enfermedades que pueden causar dolor, molestias o incluso pérdida de las capacidades sensitivas en los perros, haciendo que estén más vulnerables y puedan sentir la necesidad de defenderse en contextos donde perciben que su bienestar está en riesgo. También los golpes y traumatismos pueden generar dolor y conllevar a alteraciones de conducta.
  • Educación inapropiada: si el perro asimila la agresividad como una vía de comunicación, la utilizará para expresarse con otros individuos y reaccionar ante diferentes estímulos que pueden presentarse en su día a día. Ello sucede comúnmente cuando se aplican castigos o métodos violentos en su educación, haciendo que el perro entienda que puede recurrir a la agresividad para hacerse entender. Básicamente, un perro que es “educado” de forma agresiva, ya sea por sus tutores o por quienes se hagan responsables de su adiestramiento, tenderá a repetir este patrón de comportamiento con los demás individuos de su entorno.
  • Socialización nula o deficiente: un perro que no ha sido debidamente socializado, no ha tenido la oportunidad de aprender a relacionarse de forma positiva con otros perros, personas y animales, así como tampoco han logrado aprender a ignorar ciertos estímulos para evitar que reaccionen de una manera exagerada (por ejemplo, al exponerse a ruidos fuertes o a personas desconocidas). Por ello, la falta de socialización – o una socialización deficiente – puede hacer que un perro se vuelva agresivo principalmente cuando debe enfrentarse a un contexto difícil o estresante.
  • Posesividad y protección de recursos: sucede cuando un perro recurre a la agresividad para proteger los recursos que considera esenciales para su bienestar físico y mental. Por ejemplo, cuando un perro muerde a su tutor cuando este intenta quitarle algo de la boca, o bien los perros posesivos que se muestran dispuestos a atacar a cualquier persona que intente acercarse a su territorio o a sus seres queridos.

¿Qué hacer si tu perro se ha vuelto agresivo?

Ya has dado el primer paso cuando decidiste reconocer el problema y buscar la información necesaria para solucionarlo. Ahora te ofrecemos un breve paso a paso para que sepas cómo seguir actuando para ayudar a tu peludo.

Asegúrate de que tu perro esté sano

Como vimos, son muchos los problemas de salud que pueden hacer que tu perro se vuelva agresivo por sentirse más vulnerable e intentar protegerse de posibles amenazas. Por ello, lo primero que debes hacer es llevarlo al veterinario para realizar los exámenes adecuados para verificar su actual estado de salud, y certificar que su plan de vacunación y desparasitaciones están al día.

Si puedes acudir a un veterinario etólogo, ello sería genial, ya que este mismo profesional podrá ayudarte a investigar la causa de la alteración de conducta de tu peludo, mismo habiendo descartado cualquier causa patológica.

Empieza a socializarlo y educarlo lo antes posible

Lo ideal es que la socialización y la educación del perro comience durante sus primeros meses de vida, cuando aún está asimilando sus códigos de conducta y su carácter es más flexible. Este es el momento óptimo para enseñarle las normas básicas de convivencia y las conductas positivas que deseamos que nuestro peludo mantenga a lo largo de toda su vida. Cuanto más inviertas en una educación y socialización temprana de un cachorro, menos probabilidades tendrás de necesitar corregir problemas de conducta en un perro adulto.

Así mismo, debes saber que es posible socializar también a los perros adultos, aunque se trata de un proceso más largo y delicado, que suele requerir de la supervisión de un educador canino o de un profesional experto en la modificación de conducta.

Ensénale a tu perro a soltar objetos y controlar su mordida

Estos dos ‘comandos’ suelen estar incluidos entre las pautas básicas de educación y adiestramiento canino, pero nos pareció importante destacarlos, pues son muy útiles para prevenir la protección de recursos y cualquier accidente durante una rutina de juegos, en especial cuando el perro está jugando con niños, adultos mayores o personas desconocidas.

La orden de ‘déjalo’ o ‘suéltalo’ será trabajada en las sesiones de adiestramiento, y será clave para trabajar también la inhibición de la mordida mediante juegos de tira y afloja, por ejemplo.

Bríndale la suficiente actividad física

Cuando se trata de actividad física, los perros pueden tener diferentes necesidades en términos de intensidad y frecuencia, pero todos se ven beneficiados por la práctica regular de ejercicios. Además de los paseos diarios, te sugerimos enriquecer el ambiente de tu peludo con juguetes, juegos y estímulos diversos que le permitan mantenerse activo y entretenerse mientras esté solo en el hogar.

Y si tu perro es especialmente enérgico, también puedes considerar iniciarlo en algún deporte canino, como el agility, el canicross o el mushing, por ejemplo.

Estimula la mente de tu peludo

Un comportamiento equilibrado en los perros depende, en gran medida, de una estimulación mental adecuada. Un perro que no ejercita sus capacidades sensitivas y cognitivas tiene muchas más probabilidades de desarrollar síntomas de estrés y problemas de conducta, incluyendo la agresividad.

En este sentido, el mejor ejercicio que puedes presentar a tu peludo es un buen adiestramiento, que además de enseñarle las ordenes básicas de obediencia canina, también optimizará el sistema de comunicación contigo y con todos los demás individuos de su entorno.

El ambiente enriquecido también será importante para garantizar una buena estimulación mental diaria, pero te sugerimos reservar un tiempo especial todas las semanas para proponer juegos de inteligencia a tu peludo.

Estas han sido algunas pautas básicas para prevenir la agresividad en perros y otros problemas de conducta. Finalmente, recuerda que si no tienes el tiempo, la paciencia o los conocimientos necesarios para proveer una adecuada educación a tu peludo, siempre puedes recurrir a profesionales especialistas en la educación y el adiestramiento canino.

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