Mi perro anda con la cabeza ladeada

Es posible que en alguna ocasión hayamos visto un perro con la cabeza ladeada pero, ¿sabemos lo que esto significa? A continuación explicaremos qué causas están detrás de que un perro no pueda enderezar su cabeza.

Aunque los motivos pueden ser varios, es importante que tengamos claro que debemos acudir al veterinario rápidamente, pues es probable que el perro sienta dolor y, además, tardar en comenzar el tratamiento puede agravar el cuadro.

¿Debo preocuparme si mi perro ladea la cabeza?

Aunque pueda resultarnos una postura graciosa, que nuestro perro vaya con la cabeza ladeada sí es motivo de preocupación. No es una enfermedad en sí misma pero sí un síntoma que nos indica que está sufriendo una patología.

De hecho, es habitual que esta posición anómala de la cabeza aparezca acompañada de otros signos clínicos. Este cuadro, más la información sobre la historia médica del perro que le proporcionemos al veterinario, servirá para que este profesional emita un diagnóstico.

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¿Por qué motivos ladea la cabeza un perro?

Cuando un perro ladea la cabeza lo primero que podemos pensar es que existe algún problema o impedimento físico en la zona que hace que le resulte imposible girar o colocar la cabeza en su posición fisiológica. Por este motivo podemos palpar la región del cuello en busca de alguna alteración o dolor.

Pero debemos saber que, en la mayoría de los casos, la inclinación de la cabeza se corresponde con un dolor producido a nivel del oído, en cualquiera de sus regiones. El perro siente molestias y gira la cabeza hacia el lado dolorido en un intento de mitigarlas.

No poder colocar la cabeza en su posición normal también puede deberse a trastornos que afectan al equilibrio. En estos casos estaremos ante un problema neurológico y la secuela de la cabeza torcida puede ser permanente. A continuación explicamos estas causas con mayor detalle.

La otitis

La otitis es el nombre que recibe la inflamación del conducto auditivo. Hay perros con mayor predisposición a padecerla por su particular conformación anatómica o por circunstancias que los hacen más propensos como sufrir alergias cutáneas o pasear por zonas con vegetación que se pueda introducir en el oído, bañarse mucho, etc.

Un perro con otitis va a sacudir la cabeza, se rascará o frotará la oreja afectada debido al dolor, gemirá si queremos manipularlo y llevará la cabeza inclinada hacia el oído inflamado. Suele emitir una secreción con muy mal olor y es habitual que apreciemos los pliegues del conducto enrojecidos e inflamados.

Normalmente las otitis comienzan en la parte externa del oído pero, si no se tratan, pueden seguir avanzando hacia el interior del conducto. Nunca debemos echar nada por nuestra cuenta en los oídos del perro porque es imprescindible que el veterinario compruebe el estado del tímpano y el origen de la inflamación.

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El síndrome vestibular

El sistema vestibular mantiene el equilibrio y el control espacial del cuerpo. Una alteración en él puede deberse a una otitis interna, a lesiones en los nervios craneales (forma periférica) o en el tronco encefálico (forma central), que son las que se producen en el moquillo o la meningoencefalitis.

La cabeza inclinada es un síntoma característico junto con el nistagmo, que es un movimiento involuntario de los ojos, o el estrabismo. También podemos apreciar ataxia, que es una descoordinación de los movimientos que puede hacer que el perro camine en círculos o se caiga.

A pesar de las pruebas de las que se dispone en la actualidad en la medicina veterinaria, en ocasiones no es posible llegar a determinar la causa exacta del síndrome. Se dice entonces que es idiopático.

Tumores y abscesos cerebrales

Por último, mencionamos como causa de inclinación de cabeza en los perros la aparición de tumores o abscesos a nivel cerebral, por suerte, no muy frecuentes. Afectan más a perros de mediana y avanzada edad, sobre todo en aquellos de cabeza abombada y hocico corto.

La sintomatología que desencadenan depende de su localización y de su tamaño. Puede haber convulsiones, cambios de comportamiento, tambaleos, nistagmo, debilidad, parálisis, además de la inclinación de la cabeza. Se necesitan pruebas específicas para su detección.

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¿Cuándo acudo al veterinario si mi perro ladea la cabeza?

La respuesta es inmediatamente. En cuanto apreciemos cualquiera de los síntomas que hemos mencionado, debemos ponernos en contacto con el veterinario. Aunque hay patologías graves que pueden mantener la cabeza inclinada, es más frecuente que esta se deba a una otitis fácilmente curable. Si tardamos puede complicarse.

¿Cómo se soluciona el problema?

Para que nuestro perro recupere la posición de su cabeza lo primero que necesitamos es un diagnóstico. De él dependerá el tratamiento que nos prescriba el veterinario. En el caso de las otitis se actuará en función de la causa. Hay que limpiar las secreciones y aplicar el fármaco adecuado. De haber un cuerpo extraño el veterinario lo extraerá.

Si lo que afecta a la postura de la cabeza es el síndrome vestibular hay que averiguar lo que lo ha causado, tarea que no siempre es sencilla. Si se debe a una otitis media, además de la limpieza del conducto se prescriben antibióticos por vía oral durante varias semanas.

El síndrome vestibular idiopático puede resolverse espontáneamente. En algunos perros la inclinación de la cabeza mejora pero no se recupera del todo. Si el síndrome se debe a un problema neurológico el pronóstico va a depender de la causa. Los abscesos requieren antibióticos. Los tumores solo podrían tratarse con cirugía.

Bibliografía
Carlson y Giffin (2002): Manual práctico de veterinaria canina. Madrid: Editorial el Drac.

María Besteiros

Auxiliar Técnico Veterinaria y presidenta de una protectora de animales. Desde niña mis intereses giraron alrededor de los animales, la lectura y la escritura, por eso me formé para ejercer como ATV y me doctoré en Filoloxía Galega. Además, estoy vinculada a la protección animal a través de protectoras. En la actualidad soy casa de acogida de siete perros y cinco gatos. Escribir sobre perros es una forma de compartir los conocimientos que he adquirido sobre ellos a lo largo de los años, a la vez que me permite unir mis profesiones.

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