Retriever de Nueva Escocia

El Retriever de Nueva Escocia, también conocido como Nova Scotia duck tolling retriever o simplemente perro cobrador de Nueva Escocia, es originario de Canadá, donde era criado para la caza de patos.

Su belleza, simpatía, agilidad e inteligencia son algunas de las cualidades que más llaman la atención de esta raza tan particular. Y a pesar de ser posiblemente la raza retriever menos conocida, es sin duda una de las más interesantes ¿Quieres conocer todos sus detalles?

Características de la raza retriever de Nueva Escocia

El Retriever de Nueva Escocia es un perro de tamaño mediano, fuerte, musculoso y compacto. Sus ojos son de tamaño medio y almendrados, orejas caídas y cola con abundante pelo son muy inteligentes y fáciles de entrenar.

Su pelo es medio-largo y el color puede variar entre rojo y naranja.

icono-perro Altura de entre 48 y 51 cm en machos y entre 45 y 48 cm en hembras
icono-peso Peso de entre 20 y 23 kg en machos y entre 17 y 20 kg en hembras
icono-pelo
Pelo liso y ligeramente ondulado en la espalda, suave, de doble manto, muy resistente al agua
icono-caracter
Carácter inteligente, dócil, vivaz, activo, sociable y cariñoso
Icono-salud Salud buena, aunque puede sufrir alguna enfermedad genética
Icono-calendario Esperanza de vida estimada de entre 12 y 15 años

 

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¿Cómo es el carácter de un Retriever de Nueva Escocia?

Si estás pensando en adoptar a un Retriever de Nueva Escocia, es importante que sepas que esta raza presenta un carácter muy amigable, cariñoso, paciente y juguetón. Es perfecto para vivir en casas grandes o pequeñas, con niños, ancianos y otros perros o mascotas.

Aunque de expresión facial más bien triste, estos perros son todo lo contrario, alegres, despiertos, juguetones y muy activos. Aunque son algo reservados, estos perros son ideales como mascotas, ya que se llevan bien con todos.

Otra de sus importantes cualidades es la inteligencia que tienen. El Retriever de Nueva Escocia es muy receptivo al adiestramiento. Aprende con rapidez multitud de tareas y entiende rápido si se le reprimenda por algún comportamiento inadecuado.

Hay que destacar que esta raza de retriever es la más tímida y reservada con los extraños, por lo es muy importante que reciban sociabilización desde cachorros. Además, son perros muy silenciosos que solo ladran cuando necesitan advertir de peligros o comunicar algo importante.

Cuidados recomendados para un Retriever de Nueva Escocia

Necesita mucha actividad física diaria, pues es más activo y enérgico que el resto de retriever. Por eso, es un acompañante ideal para personas que realizan deporte. Del mismo modo, estos perros adoran nadar, dado su origen como cazador de aves acuáticas.

Cualquier juego de lanzamientos será un gran entretenimiento para él, como atrapar la pelota. El entusiasmo que siente por el trabajo es visible en cuanto su amo le invita a empezar una actividad.

El Retriever de Nueva Escocia no es un perro que necesite variados cuidados específicos, a excepción de tres puntos principales, alimentación, actividad física e higiene. La cantidad de pienso que el perro debe comer va íntimamente relacionado con el ejercicio que este realiza.

Es muy recomendable realizar visitas regulares al veterinario para comprobar su salud, y  cuidar de su higiene bañándolo solo cuando lo necesita y con un champú adecuado para su pelo. Además, debemos cepillar su pelo al menos una vez a la semana.

Si sigues estos sencillos consejos, tu Retriever de Nueva Escocia encontrará el equilibrio mental y físico y se mantendrá saludable y fuerte.

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Problemas de salud comunes en el Retriever de Nueva Escocia

Aunque esta raza suele tener una salud muy buena, algunos ejemplares tienden a padecer complicaciones por un sistema inmunitario debilitado o por alteraciones hereditarias:

La alimentación de estos canes debe controlarse ya que tienden al sobrepeso. Su longevidad está por encima de la media.

Historia de la raza y datos curiosos

Se considera que, tras varios cruces de razas, entre los que se encontraban el Golden Retriever, el retriever de Chesapeake, el Setter Irlandés y posiblemente el Cocker Spaniel, nació el cobrador de Nueva Escocia en el siglo XIX, en el condado de Yarmouth, Nueva Escocia, Canadá.

Desde sus orígenes, esta raza fue criada para la caza de aves acuáticas. Para ello, el Retriever de Nueva Escocia imita la actividad de los zorros, juega cerca del agua para atraer la atención de las aves. A continuación, el cazador dispara y el perro recoge las presas y se las lleva a su amo.

Al principio, a la raza se la conocía como Little River Duck Dog o Yarmouth Toller y no fue hasta el 1945 cuando a la raza se la admitió en el Canadian Kennel Club y se determinó su nombre oficial. Después, en 1982 la Federación Cinológica Internacional (FCI) reconoció la raza.

El cobrador de Nueva Escocia se mantuvo como especie en peligro de extinción hasta que el esfuerzo de los criadores escandinavos de finales del siglo XX y principios del XXI aumentaron su crianza y popularidad.

Aun así, esta raza es menos popular que el resto de retriever, llegando a estar considerado como una raza rara en el continente europeo. No obstante, hoy en día estos perros sí son bastante populares en América del Norte.

Entre algunas de sus curiosidades destaca que estos perros son excelentes nadadores. De hecho, en la actualidad siguen siendo utilizados en zonas acuáticas para la caza debido a su facilidad de movimiento dentro del agua.

Además, dada la agilidad, la complexión atlética y la continua actividad del toller, como se le conoce de forma coloquial, el más pequeño de los retriever sobresale también en las competiciones de Agility y obediencia.

Noelia Manjón

Especialista en Zoología. Diversidad y Organización de los Animales. Soy filóloga y traductora inglesa de profesión y amante de los animales y la naturaleza como forma de vida. Desde siempre me ha gustado aprender e involucrarme en el cuidado y la conservación del planeta y sus especies. Tanto es así que hoy en día mi trayectoria profesional también está encaminada a unir mis dos pasiones, la comunicación y la concienciación social y la ciencia animal. Con un Máster en Periodismo y Comunicación de la Ciencia y el Medio Ambiente en la Universidad Carlos III de Madrid, un curso de Especialista en Zoología y una larga experiencia cuidando todo tipo de mascotas, en especial perros, colaborar en Soy un Perro se ha convertido en una fantástica forma de invertir mi tiempo en lo que realmente me gusta.

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