¿Alguna vez has notado que tu perro tiene una tos seca y continua o hace unos ruidos como si se estuviera atragantando? En razas de perros pequeñas este problema es muy común y está relacionado con la obstrucción de su tráquea.
Aunque los síntomas pueden ser debidos a otras afecciones, como la tos de las perreras o a un atragantamiento, si son recurrentes y aumentan con el tiempo, es posible que tu perro sufra un colapso traqueal.
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Funcionalidad de la tráquea
La tráquea es una estructura en forma de tubo parcialmente flexible que conecta y permite la transmisión del aire de la nariz y la boca hacia los pulmones. Al entrar y salir el aire, este se mueve con fluidez por la tráquea de nuestro perro permitiendo su respiración.
Sin embargo, cuando los anillos cartilaginosos que le permiten tener esa movilidad a la tráquea se deforman, puede ocurrir un colapso traqueal, lo que impide que nuestro can pueda respirar con normalidad.
¿Qué es el colapso traqueal canino?
El colapso traqueal es una enfermedad crónica y progresiva que padecen principalmente perros de razas pequeñas, como el chihuahua, pomeranian, caniche, yorkshire terrier y bichón maltés, entre otros.
El colapso de la tráquea consiste en la disminución del diámetro o luz de la tráquea debido a la deformación o debilitamiento del tejido de los cartílagos, lo que provoca una menor entrada de flujo de aire, dificultando el proceso de respiración.
El colapso traqueal puede ser de carácter congénito o adquirido. En el segundo caso, la condición generalmente aparece asociada con otras enfermedades de tipo respiratorio crónico, a un síndrome de Cushing y problemas cardíacos. Desde el primer momento que apreciemos síntomas debemos mostrar preocupación y comentárselo a nuestro veterinario.
Dependiendo de la fase o gravedad del colapso, se puede dividir la enfermedad en cuatro grados:
- Grado I: se trata de una reducción menor en el diámetro de la tráquea, de hasta un 25%. A pesar de ello, los anillos del cartílago traqueal aún mantienen su forma, por lo que los síntomas son generalmente leves.
- Grado II: la deformación de los anillos es más notable, llegando a presentar una forma aplanada dado el engrosamiento del músculo de la tráquea. La reducción del diámetro traqueal puede llegar a ser del 50%, provocando una alteración de la respiración o disnea.
- Grado III: el músculo traqueal se ensancha aún más, posándose sobre los cartílagos, lo que los aplana casi completamente. La reducción del diámetro traqueal puede llegar a ser del 75%, provocando una disnea severa.
- Grado IV: el grado más grave sucede cuando los cartílagos quedan totalmente deformados por la acción y presión del músculo traqueal engrosado. Esto causa una obstrucción casi completa, lo que evita prácticamente impide la entrada de aire, con el consiguiente riesgo de asfixia.
Síntomas de un colapso traqueal
El colapso traqueal se suele presentar en perros de mediana edad o mayores, siendo normalmente diagnosticada a partir de los 6 o 7 años. Sin embargo, también puede afectar a canes jóvenes.
A continuación, os presentamos los síntomas que nos podrían alertar de que nuestro perro sufre esta enfermedad, aunque no deberíamos afirmar o descartar ninguna otra antes de visitar a nuestro veterinario:
- Tos seca, normalmente acompañada de otros síntomas asociados al colapso traqueal
- Ataques de tos repentinos (suenan como el graznido de un ganso)
- Jadeos y ruidos al respirar
- Disnea (ahogo o dificultad para respirar)
- Náuseas
- Intolerancia al ejercicio
- Fiebre
- Cianosis (coloración azul de la piel o palidez)
- Síncope o desvanecimientos
Aunque la tos es uno de los síntomas más comunes que pueden asociarse con otras enfermedades, la tos seca de colapso traqueal suele aparecer primero en momentos de emociones fuertes o de estrés, convirtiéndose en constante cuando la condición empeora.
Tampoco se deben confundir estos síntomas con un atragantamiento esporádico. En el caso de que el can sufra un atragantamiento por algún alimento u objeto y tenga serios problemas para inhalar, deberemos mantener la calma y practicarle la maniobra de Heimlich cuanto antes.
Por último, hay que tener en cuenta que los perros que sufren sobrepeso u obesidad o viven en casas de personas fumadoras tienen mayores riesgos de desarrollar este problema o de agravarse su condición.
Diagnóstico del colapso traqueal
Para confirmar que lo que sufre nuestro amigo es colapso traqueal, el veterinario realizará una serie de pruebas diagnósticas, entre ellas una radiografía, para valorar el estado de la tráquea y el sistema respiratorio.
Para complementar esta prueba, el veterinario puede recurrir a diferentes técnicas de diagnóstico como una traqueobroncoscopia para determinar el estado de los cartílagos, o una fluoroscopia, que es una prueba muy interesante para el diagnóstico del colapso traqueal, ya que nos permite observar a tiempo real la dinámica de las vías aéreas durante el ciclo respiratorio y localizar la ubicación exacta del colapso.
A diferencia de la primera prueba, en la fluoroscopia no es necesario realizar una anestesia general del paciente. Además, el hemograma nos permitirá comprobar si hay eosinofilia (aumento del nº de eosinófilos en sangre), lo que nos permitirá descartar que la causa sea una alergia o la presencia de parásitos (nematodos). Por otro lado, la presencia de un leucograma inflamatorio podría indicar una neumonía como causa del problema.
Como la sintomatología suele ser bastante inespecífica, se debe plantear un protocolo de diagnóstico completo para descartar otras patologías (síndrome braquicefálico, colapso de laringe, bronquitis crónica, enfermedades infecciosas, neoplasias, filarias, cuerpo extraño… etc.)
Pronóstico del colapso traqueal
Tras el diagnóstico por parte de un profesional veterinario, los tratamientos mejorarán bastante la calidad de vida de nuestro amigo. Sin embargo, la enfermedad es progresiva y crónica, por lo que deberemos administrar un tratamiento médico de por vida, o bien recurrir a una intervención quirúrgica.
Según el grado de colapso, el tratamiento médico consistirá en la administración de antitusígenos para aplacar la tos, broncodilatadores para facilitar la respiración; expectorantes para expulsar secreciones; antibióticos tratar las para infecciones concomitantes; y corticoides o sedantes para calmar la ansiedad y nerviosismo que empeoran la situación.
En los casos más graves (grado IV) puede necesitarse cirugía, aunque no todos los canes son aptos para este tipo de intervención. La cirugía se orienta a la reconstrucción de la forma traqueal o a la colocación de una prótesis (anillos) que mantengan abierta la tráquea y mejoren la función respiratoria.
Dado el esfuerzo para respirar que algunos perros con la enfermedad avanzada tienen que hacer, es común que aparezcan otras patologías asociadas como traqueítis, bronquitis, hipertensión pulmonar e insuficiencia cardíaca.
Cuidados adicionales en casa
Por último, para prevenir la aparición o agravamiento del colapso traqueal, tu perro requerirá de otros cuidados en casa:
- Dieta baja en calorías y control de peso, especialmente si padece obesidad
- Control del estrés
- Uso de arnés, nunca con collares que presionen su garganta
- Evitar ejercicios bruscos
- Ambientes libres de humos y otros contaminantes
- Vacunación al día, para evitar enfermedades como la tos de las perreras
- Evitar los cambios de temperatura bruscos
Fuentes consultadas:
J. Rueda Hernanz, A. Fernández Santana, J. Sacido Leis, B. Pérez Delgado (1989). «Colapso traqueal». Revista AVEPA, vol. 9, nº 4. ddd.uab.cat/pub/clivetpeqani/11307064v9n4/11307064v9n4p165.pdf
Catarina Sá Borges, Laín García Guasch, Jordi Manubens Grau. «Diagnóstico y manejo terapéutico del colapso traqueal y bronquial» (2016). Revista Ateuves 65, págs. 28-32. https://ateuves.es/revista-online/ateuves_65.html