Los perros de raza dóberman son unos animales imponentes. Con mucho éxito hace algunas décadas, tras un período en el que su número en los hogares descendió, en la actualidad parece que están experimentando un repunte.
Su imagen fuerte e incluso, para algunas personas, fiera, hace que circulen numerosos prejuicios contra él. A continuación repasaremos algunas de sus particularidades para que podamos disponer de un mayor conocimiento de la raza.
Curiosidades de la raza
Su esperanza de vida ronda los 12 años de media. Es un perro grande con un peso comprendido entre los 30 y los 40 kg, mientras que su altura a la cruz es de unos 65-69 cm. Las hembras son, por lo general, más pequeñas. Su manto es corto y requiere pocos cuidados.
Es un animal que se adapta a la vida urbana y que prefiere climas templados. Es conveniente que reciban un buen adiestramiento en obediencia, para la que serán buenos alumnos. Debemos prestar atención a su contacto con otros perros porque algunos pueden no llevarse demasiado bien con congéneres debido a su fuerte temperamento, aunque no se puede generalizar.
¿Por qué este perro se llama Dóberman?
El nombre de esta raza tiene su origen en su creador, el recaudador de impuestos alemán Louis Dobermann. Este hombre cruzó perros pertenecientes a razas como el rottweiler, el pinscher alemán, el weimaraner, el galgo inglés y el Manchester Terrier para conseguir un ejemplar de esta nueva raza.
¿Cuál es el origen del dóberman?
Aunque no lo parezca debido a su aspecto y modo de vida actual, ya que solemos verlo como perro guardián o de compañía, el perro dóberman es un descendiente directo de los perros de caza alemanes, unos sabuesos caracterizados por poseer un olfato excepcional.
¿Por qué al Dóberman no hay que cortarle las orejas?
Aunque la imagen de los perros de esta raza se ha asociado a unas orejas cortadas, lo cierto es que no hay ninguna necesidad de mutilar así al animal. El corte se debe tan solo a un criterio estético. Por suerte esta amputación está en la actualidad prohibida, siendo multados los dueños, criadores o veterinarios que la realicen.
El corte de orejas no es una cuestión menor. Esta parte de la anatomía canina desarrolla unas importantes funciones en cuanto a la comunicación se refiere. Amputándolas, además de causarle un dolor considerable durante la recuperación, estamos impidiendo al perro una comunicación efectiva con sus congéneres.
¿Es el Dóberman un perro peligroso?
Esta pregunta es un ejemplo del efecto que los prejuicios sociales tienen sobre las razas de perros. Los dóberman no son a priori peligrosos, no más que cualquier otra raza de complexión semejante.
Su aspecto, recordemos que modificado por el corte de las orejas, unido a su uso como guardián ha servido para crearle una imagen de fiera que no es real, pues los dóberman pueden ser perros muy cariñosos y dóciles.
Por lo tanto, no es la imagen del perro lo que lo convierte en peligroso, sino la educación que reciba. La raza Dóberman no está incluida en la lista de perros potencialmente peligrosos de España.
El perro Dóberman y el frío ¿buenos aliados?
Debido a su identificación como perro de guarda y defensa existe la creencia de que su alojamiento ideal se encuentra en el exterior de las casas, al cuidado de fincas o de empresas. Si vivimos en climas templados durante todo el año quizás podamos mantener a nuestro dóberman en el exterior. Pero solo en ese caso.
Los dóberman, en general, no soportan bien el frío, por lo que su ambiente ideal siempre será el interior de los hogares. Si tuviesen que mantenerse en el exterior es imprescindible que cuenten con unos buenos cuidados, un buen refugio donde guarecerse del frío y las demás inclemencias del tiempo.
¿Los Dóberman pueden convivir con los niños?
Sobre este aspecto ha tenido influencia la imagen social de la raza. Visto como un perro peligroso, fiero y de guarda, ninguna de estas características lo haría apropiado para convivir con niños.
Pero esto no es más que un estereotipo que no tiene por qué relacionarse con la realidad. Un perr socializado y bien educado va a establecer una buena relación con todos los miembros que compongan su familia, ya sean humanos, perros u otros animales. Una vez más hay que insistir en que lo importante es el trato que reciba el perro y no su raza.
Por supuesto, los niños deben estar a su vez bien informados sobre el trato que deben dispensarles a los animales y en ningún caso, por muy bueno que sea el perro o la relación entre ellos, debemos descuidar la vigilancia.