Dieta blanda para perros

La dieta blanda está pensada para cubrir las necesidades nutricionales de los perros que sufren algún tipo de patología o trauma que afecta a su aparato digestivo, perros que están enfermos.

Resulta especialmente útil en los casos de diarreas, ya que compensa la pérdida de líquidos y al can le resulta mucho más apetecible y fácil de digerir. Veamos en detalle cómo elaborar una dieta blanda de forma correcta, las cantidades que debemos usar y los beneficios que aportará a nuestro perro.

Características de una dieta blanda

Este nombre es bastante descriptivo de las expectativas que tenemos los propietarios. Físicamente esperamos que sea blanda ya que lo asociamos con una mayor suavidad a nivel digestivo. Esta asociación es más o menos acertada, pero vamos a profundizar un poco más en cómo debe ser una dieta blanda:

  1. Formulada con ingredientes altamente digestibles: Esto implica el origen de estos así como su grado de cocción. Entraremos a detallarlos más adelante.
  2. Alta humedad: En ciertas ocasiones una diarrea puede conllevar una deshidratación (sobre todo si estas son prolongadas).
  3. Volumen de toma lo más pequeño posible: Este puede resultar contradictorio con la anterior ya al ser una gran parte de agua, el volumen aumenta. ¿Cómo conseguimos reducirlo? Muy sencillo, aumentando el número de tomas.
  4. Alta palatabilidad: O dicho en otras palabras, que le guste al animal que se la va a comer. En ciertas diarreas (normalmente de intestino delgado) suele haber anorexia asociada, por ello el alimento debe invitar a ser comido.
  5. Transitoria: En líneas generales, debe ser una solución temporal a una situación patológica.

Las que se realicen de forma casera en líneas generales estarán desequilibradas en algún macro o micronutriente. Hay ciertos casos (que veremos detallados más adelante) en los que puede sopesarse hacerse definitiva.

¿En qué casos debemos sustituir el pienso por la dieta blanda?

En todas aquellas situaciones en los que el aparato digestivo de nuestro perro se encuentre afectado, debemos suministrarle dieta blanda.

Las indicaciones más habituales son durante una diarrea, pancreatitis, intoxicaciones, etc. Y tras cualquier tipo de operación quirúrgica.

Los perros de edad muy avanzada y/o que han perdido demasiadas piezas dentales, también pueden requerir de la administración de la dieta blanda de forma permanente. Es una opción interesante para perros con anorexia de otro tipo (como conductual o post-traumática) ya que tienen una palatibilidad mayor.

Alimentos utilizados en una dieta blanda

La dieta blanda se compone de la combinación de alimentos pensada para facilitar su masticación, digestión y absorción de agua. Además, suministra todos los macronutrientes necesarios para preservar la salud del animal y agua para facilitar la hidratación.

El tipo de alimentos que componen la dieta blanda no son siempre los mismos. Tenemos que diseñar la dieta en función de las circunstancias del perro y sus necesidades nutricionales.
Generalmente y salvo en el caso de intolerancias o alergias, puede ser bastante variada; siempre y cuando esté compuesta por alimentos naturales, fáciles de digerir y provea del mayor valor nutritivo posible.

Proteínas

Seguirán siendo el componente principal de la dieta, pero procurando que provenga de carnes magras o animales con la menor cantidad de grasa posible; como pollo o pavo.
Las carnes más comunes ordenadas de más a menos grasas son:

  1. Cordero: 32,6%
  2. Ternera: 16,7%
  3. Cerdo: 16,6%
  4. Pollo: 9,25%

La más digestible es la ternera seguida del pollo. Por su baja cantidad de grasa, el pollo es la proteína de elección.

No se deben cocinar en exceso y siempre deben estar cocidas o cocinadas al vapor, sin usar nunca ningún tipo de aditivo ni aliño cómo sal, aceites o especias. Además, deben estar libres de huesos.

Siempre que nuestro perro no sea alérgico a alguno de estos ingredientes, unos muslos de pollo deshuesados y cocidos sin piel pueden ser una gran opción, además de económica.

Hidratos de carbono

Las fuentes de hidratos de carbono son relativamente variadas. Su presencia en una dieta blanda (y en alimentación canina) es absolutamente recomendable ya que proporcionan una buena fuente de energía que si es bien cocida, es muy digestible y barata.

Estos en la dieta blanda deben ser lo más digestibles posible, por ello, el más extendido sin duda alguna es el arroz blanco, ya que es un cereal muy digestible, sin gluten y muy accesible. Este puede ser utilizado solo o combinado con otros productos como la zanahoria o patata cocidas. Otro ingrediente que está resultando muy efectivo para el control de diarreas es la calabaza.

Los productos que debemos evitar a toda costa son cereales integrales ya que al tener la cáscara tienen más fibra y esto resulta contraproducente en muchos casos.

Frutas y verduras

Las frutas y verduras no están muy recomendadas en casos de gastroenteritis (diarreas) pues aportan mucha fibra. Pero en otras patologías son muy beneficiosas por la cantidad de vitaminas que aportan.

Pueden ser interesantes las frutas peladas, pero esencialmente aportan hidratos de carbono, frente a lo cual es mejor opción cualquiera de las fuentes ya mencionadas.

Las frutas deben estar siempre crudas y a ser posible, trituradas. Siempre, sin hueso ni pepitas. En cuanto a las verduras, por su alta cantidad de fibra no son una opción apta para una dieta blanda enfocada a tratar un episodio diarreico, por ello es preferible recurrir a otras fuentes de hidrato.

¿Cuándo comenzar con la dieta blanda?

Si nuestro veterinario nos la ha prescrito, será el quien nos indique cuando debemos comenzar a administrarla. Posiblemente nos marque una receta también. Si somos nosotros mismos quienes hemos decidido alimentar así a nuestro perro, dependerá del tipo de problema digestivo que tenga.

Por ejemplo, un perro con gastroenteritis, es habitual que esté un día en ayudo (sin comer, pero con agua a su disposición siempre para que no se deshidrate) y comenzar al día siguiente con un poco de dieta blanda sin fruta ni verdura. No obstante, se ha demostrado que esto no es ni efectivo ni recomendable, ya que la ausencia de alimento reduce muy rápidamente la superficie intestinal provocando una mala absorción en la siguiente ingesta.

Según los síntomas manifestados, las opciones son:

  • Vómitos: En caso de que vomite todo lo que coma, se ofrecerá la dieta blanda en un volumen reducido para no sobrecargar el estómago. Si aun así vomita esta, puede ser que el vómito esté originado por otra causa extradigestiva o digestiva que no responda a dieta (por ejemplo, ingestión de un cuerpo extraño). En este caso será necesario acudir al veterinario.
  • Diarrea: Administrar la dieta blanda durante varios días y evaluar respuesta. En caso de no remitir la enfermedad, acudir al veterinario.

Es importante tener en cuenta que no todos los problemas de este tipo responden a la dieta blanda, pero al ser una solución sencilla y en algunos casos eficaz, merece la pena probarlo.
Para perros que han pasado por situaciones de estrés pero que no presentan patologías digestivas, podemos comenzar desde el primer día con una dieta blanda completa.

Es preferible que, al comienzo de la dieta blanda, las raciones sean pequeñitas y esperemos a ver cómo le sientan. Podemos aumentar ligeramente el número de raciones, para compensar la cantidad.

Suplementos en la dieta blanda

Otro de los propósitos que debería cumplir la dieta blanda para perros enfermos es la de restablecer la recuperación de su microbiota intestinal, ya que muchas veces son desequilibrios de esta los causantes de la enfermedad.

Este equilibrio se puede recuperar mediante la administración de probióticos (bacterias vivas) o prebióticos (sustancias que favorecen el crecimiento de la microbiota intestinal fisiológica).
La forma más fácil de acceder a probióticos es comprándolos directamente en clínicas o mediante la alimentación con productos como quesos o yogures no esterilizados.

No obstante, por las cantidades variables de lactosa que tienen, pueden resultar contraproducentes, por lo que no los recomendamos en este caso. Por otro lado, los prebióticos suelen venir suplementando dietas comerciales. Los más conocidos vienen bajo las siglas de MOS (manano-oligosacáridos) o FOS (fruto-oligosacáridos).

¿Cuánto tiempo debe durar la dieta blanda?

No existe una duración determinada, pues depende mucho de las circunstancias que han hecho necesaria su administración. Independientemente de la respuesta que tenga, sea cual sea el tratamiento la dieta blanda siempre estará presente. Por lo tanto, tanto si esta es tratamiento único como si no, deberá mantenerse hasta unos días tras la remisión de los síntomas.

La reintroducción de la dieta original debe ser paulatina, ya que si se hace con brusquedad puede provocar una recaída.

¿Cuánta cantidad debo darle?

Si nuestro perro está alimentándose con dieta blanda por problemas gastrointestinales, debemos comenzar con poca cantidad e ir aumentando la misma en cada toma. Observando que le siente bien.

Al ser animales que suelen tener el apetito disminuido, en líneas generales no comerán demasiado. En caso de que coman dos veces al día, lo ideal será pasar a 3 o 4 con menos cantidad.

Recuerda que esta información es solamente orientativa y nunca debe tomarse cómo una prescripción veterinaria. Si tu perro está enfermo debe ser un veterinario quien lo diagnostique.

Otras consideraciones

Ya que son animales que no suelen tener apetito hay dos errores que no se deben cometer:

  • Forzar la alimentación: Esto es absolutamente contraproducente por 2 motivos:
  1. Generará aversión por la comida.
  2. El animal no querrá deglutirla y muy posiblemente termine en la tráquea y genere una neumonía por aspiración (la cual puede ser mortal).
  • Dejar la dieta blanda en el bol: Esto solo favorece su putrefacción y crecimiento de bacterias que agravarán la enfermedad en caso de que decida comer de esa comida. La limpieza del recipiente de comida debe ser muy exigente. En caso de que no quiera comer, en unos 30-45 minutos debemos retirar el alimento incluso si es comido parcialmente.

Todos estos consejos no sustituyen en ningún caso una visita al veterinario ni suponen un tratamiento infalible. En caso de tener un animal enfermo, lo mejor será acudir al veterinario.

Vet. Jorge Hernando Sanz

Licenciado en Veterinaria en la Universidad Complutense de Madrid. Especializado en nutrición y dietética veterinaria para perros, gatos y animales exóticos. Colegiando nº 9033 en Madrid. Me encanta mi campo actual de trabajo y exponer mis conocimientos al servicio de los lectores de Soyunperro.

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