La presencia de hongos, científicamente llamada dermatofitos, pueden darse por varias causas. Una inmunosupresión (bajada de defensas) y un ambiente húmedo son algunas de las más habituales que suelen estar detrás de una infección por hongos en perros.
De hecho, hay varios tipos de dermatofitos que pueden afectar a nuestro amigo peludo. Veamos en detalle cuales son los síntomas que deben ponernos en alerta y cómo debemos cuidar y tratar a un perro con hongos.
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¿Qué es la dermatofitosis?
La dermatofitosis es el término médico que hace referencia a una infección por hongos en perros que afecta a los tejidos queratinizados (uñas, piel, pelo…). Los hongos más frecuentemente aislados son Microsporum Canis (más comúnmente conocido como tiña), Trichophyton Mentagrophytes y Microsporum gypseum.
Se dan normalmente en cachorros, al no tener completamente desarrollado su sistema inmune, favoreciendo la proliferación de estos. Por ejemplo, Malassezia es una levadura (tipo de hongo) muy común en el perro. Se encuentra de forma normal en los oídos y piel de los mismos.
Lo que puede ocurrir es que en casos de inmunodepresión pueden proliferar y agravar la sintomatología del paciente. En el microscopio se verán en forma de «huella de zapatilla». Las lesiones por hongos pueden darse en el hocico, en las extremidades, cola, en la cabeza, ingle… Suelen provocar una lesión llamada querión dermatofitico.
Principales síntomas de hongos en perros
Las manifestaciones de las dermatofitosis son muy diversas, según el dermatofito que cause la tiña y la respuesta del individuo. Aunque los síntomas de hongos en perros pueden variar, normalmente los signos que nos deben poner en alerta son:
- Pérdida de pelo en las áreas afectadas (alopecias).
- Piel descamada, inflamada o enrojecida (eritema).
- El perro puede lamerse constantemente las patas irritadas, para intentar calmar la molestia que siente.
- Otitis y cerumen marronáceo (Malassezia).
- Querión dermatofítico (lesión circular infamada que puede tener un diámetro de 1 a 4 cm y pueden aparecer en cualquier lugar del cuerpo).
- Lesiones en las uñas.
Si es este el caso, el camino a seguir será visitar a un veterinario para que pueda examinarle bien las zonas afectadas y confirmar así si se trata de hongos.
Diagnóstico y tratamiento para los hongos
El diagnóstico se basará en la historia clínica que podamos contarle al veterinario, el examen de las lesiones y algunas pruebas complementarias. Una prueba será la lámpara de Wood. Es una lámpara con luz ultravioleta que detecta la presencia de hongos porque estos se vuelven fosforescentes. Aunque esta prueba solo detecta algunos casos de infecciones por Microsporum canis; en conjunto, en pequeños animales solo detecta el 30-40% de los casos.
Para saber el tipo de hongo que está afectando al perro, también es probable que se tomen muestras de pelos (tricograma para ver si hay hongos adheridos a estos). Otra medida es el cultivo con toma de muestras de la pelo o piel, para confirmar la presencia de hongos y el tratamiento adecuado.
El tratamiento de los hongos en perros puede variar en función del tipo de afección y de la gravedad de las lesiones que tenga. Normalmente, el veterinario le recetará medicamentos antifúngicos, por ejemplo, ketoconazol, enilconazol o itraconazol. Muchos animales mejoran clínicamente pero siguen siendo positivos en el cultivo de hongos.
Consejos para cuidar a un perro que tiene hongos
Para que los hongos desaparezcan cuanto antes y con ellos las molestias que experimenta el perro, es importante tener en cuenta una serie de recomendaciones que ayudarán a que la infección no se extienda. Las principales son:
- Si hay más animales en casa o niños, no dejes que el perro duerma con ellos o comparta mantas o cepillos. Es alta la posibilidad de que otros animales jueguen un papel en la propagación de la enfermedad.
- Lava con jabón bien tus manos después de estar en contacto con el perro; también desinfecta las zonas si puedes de la casa donde haya estado tu perrito y tira los objetos que puedan estar contaminados.
- Si va en el coche o si sube al sofá, cubre antes estos lugares con una manta o una sábana y lávala después.
Como habrás podido intuir con estos últimos consejos, los hongos en perros pueden contagiarse a humanos por contacto.
En la mayoría de la gente sana, las infecciones por hongos son leves, afectan sólo a la piel, el cabello, las uñas, u otras zonas superficiales, y se resuelven espontáneamente. Sin embargo, en las personas con un sistema inmunológico deteriorado, las infecciones pueden persistir durante largo tiempo y llegar a ser un incluso un riesgo importante para su salud.
Por eso, es importante seguir el tratamiento que nos indique un profesional y tomar todas las precauciones que puedas para que los hongos no afecten a otros miembros de la familia y dejen de molestar lo antes posible a nuestro querido compañero de aventuras.