Lo cierto es que son pocos los cuidadores que prestan atención regular a los dientes de su perro. Una falta de higiene bucal puede derivar en graves problemas de salud, y no solo en las encías o en las piezas dentales.
Además de revisiones y cuidados veterinarios periódicos, en casa podemos seguir una serie de medidas destinadas a mantener sus dientes en las mejores condiciones posibles. Es importante que comencemos la higiene desde cachorros. Veamos cómo proceder.
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Higiene dental para perros
A la venta vamos a poder encontrar diferentes productos de limpieza bucal. Lo que tienen en común es que todos han sido formulados específicamente para perros. Nunca tenemos que utilizar un cepillo o una pasta dentífrica para personas. Esta está pensada para producir espuma, que puede desagradar al perro. Además, él no sabe enguajarla ni escupirla.
El veterinario o el peluquero canino serán quienes nos recomienden los mejores productos para nuestro perro. Es importante el asesoramiento porque la composición de las pastas de dientes varía. Las hay con abrasivos, oxigenantes que limitan el crecimiento bacteriano, clorhexidina desinfectante o zinc que favorece la curación de enfermedades en las encías.
Por eso hay que atender al estado del perro para elegir la más adecuada, sobre todo si padece ya algún problema bucal. De ser un perro sano, nosotros mismo podríamos elaborar nuestra pasta mezclando una cucharada de bicarbonato sódico con una cucharadita de agua.
Técnica de cepillado dental
Podemos limpiar dientes y encías con nuestro dedo o con un cepillo de nailon blando. Si nos decidimos por el dedo, tendremos que envolverlo en una gasa. Sobre ella pondremos la pasta dentífrica. Con cuidado y buscando un momento en el que el perro esté tranquilo, sobre todo si es la primera vez, levantaremos el labio y frotaremos dientes y encías.
La maniobra debe hacerse con suavidad y realizando movimientos circulares. Si somos demasiado enérgicos podemos llegar a producir un sangrado. En principio, no hace falta que limpiemos la cara interna de los dientes porque el perro, con la lengua, llevará la pasta hasta todas las zonas.
Si, en cambio, nos decidimos por utilizar un cepillo especial, tendremos que colocarlo formando un ángulo de, aproximadamente, 45 grados en paralelo con las encías. Lo moveremos dibujando pequeños círculos tanto por los dientes como por las encías. Hay que prestar una especial atención a la zona en la que el diente se une con la encía.
Acostumbrar al perro al cepillo de dientes
Las maniobras de higiene bucal no son complejas, pero es común que el perro no las acepte en un primer momento. Tanto si comenzamos a aplicarlas a cachorros o a adultos, debemos planearlo como un procedimiento paulatino. Al principio, podemos darnos por satisfechos si conseguimos cepillar un lateral o durante unos segundos.
Si el perro se revuelve o se incomoda en exceso, nunca debemos forzarlo. Más vale conseguir terminar la sesión premiándolo. De esta forma será receptivo a la siguiente limpieza. Según se vaya acostumbrando, animado por nuestros elogios y premios, nunca con castigos ni gritos, aumentaremos el tiempo y el área de cepillado gradualmente.
Mantenimiento de la higiene bucal
Además de la limpieza dental, podemos tener en cuenta una serie de medidas que nos ayudarán a mantener una dentadura sana. De hecho, estas pautas pueden evitar, casi por completo, enfermedades dentales. Son las siguientes:
- Aunque presenta otras desventajas, en líneas generales se considera que la alimentación con pienso seco favorece la limpieza de los dientes.
- También está demostrado que los perros que son alimentados con dieta BARF padecen menos problemas bucales, debido a que la propia alimentación actúa limpiando sus dientes (al masticar huesos, por ejemplo).
- Es mejor dar al perro la comida en una o varias tomas al día antes que permitirle el acceso continuado al alimento.
- Si el menú del perro consiste en comida húmeda o casera, conviene ofrecerle también galletas secas o similares para favorecer la limpieza de los dientes.
- El cepillado dental debe incluirse dentro de la rutina de higiene varias veces a la semana, utilizando pasta de dientes específica para perros.
- Las medidas higiénicas deben iniciarse lo antes posible, ya que serán mucho más eficaces si comenzamos cuando la boca todavía está sana.
- En los perros que ya tengan algún problema bucal, el cepillado de los dientes debe ser diario.
- No conviene ofrecer al perro para roer objetos demasiado duros.
- Anualmente debemos llevarlo a una revisión dental. Si tiene sarro, puede eliminarse en esta consulta. Para ello se realiza una limpieza con ultrasonidos y anestesia general. También puedes usar técnicas naturales para eliminar el sarro.
Signos de alarma
Si no hemos lavado los dientes de nuestro perro o ya lo adoptamos con problemas bucales, hay una serie de síntomas que nos van a indicar que tenemos que acudir al veterinario. Estos casos no pueden solucionarse solo limpiando los dientes. Estas son las señales de alarma:
- Comer con lentitud o dejar de comer.
- Los alimentos más grandes o pesados caen de la boca del perro.
- Inclinación de la cabeza.
- Hipersalivación.
- Mal olor bucal.
- Náuseas.
- Dificultades para tragar.
- Problemas para abrir y cerrar la boca.
- Gingivitis
Bibliografía
Carlson y Giffin. 2002. Manual práctico de veterinaria canina. Madrid. Editorial el Drac.