Insuficiencia hepática en perros

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La hepatitis es una inflamación parénquima hepático que puede producirse por diferentes causas. Habrá que averiguar cual es y pautar un tratamiento adecuado, aunque para algunos casos el pronóstico será reservado.

Resulta fundamental realizar pruebas para llegar a un diagnóstico ya que, al haber tantas causas posibles para esta inflamación, lo más importante es saber cuál es el problema y hasta qué punto se ha visto afectado el hígado. Veamos todos los detalles.

Síntomas en un perro con hepatitis

El hígado cumple importantes funciones en el organismo como el control del metabolismo de carbohidratos, grasas, proteínas, vitaminas, hormonas endocrinas, tiene función inmunológica, detoxificante, digestiva, de almacenamiento.

Cuando falla, podremos encontrar alteraciones como inflamación, necrosis, fibrosis, degeneración. Estos acaban por desencadenar ciertos síntomas. Estos en una primera fase son:

  1. Anorexia.
  2. Vómitos y diarrea/estreñimiento.
  3. Pérdida de peso.
  4. Polidipsia/poliuria (beben más agua y hacen más pis de lo normal).
  5. Fiebre.

En caso de una insuficiencia hepática severa nos encontraremos con:

  1. Heces verdes.
  2. Ascitis y edema (en caso de albúmina baja e hipertensión portal).
  3. Encefalopatía hepática.
  4. Aumento de amonio.

¿Cuál es la causa de la hepatitis?

El hígado es un órgano muy sensible a alteraciones metabólicas, tóxicas, infecciosas, neoplásicas y circulatorias. Ya que la síntesis de bilis es una de las funciones más sofisticadas del hígado, es una de las primeras en interrumpirse. La ictericia (mucosas amarillentas) es la manifestación clínica de dicha interrupción.

Las causas de hepatitis y por tanto de anormalidades en las enzimas hepáticas (transaminasas) son:

  • Glucocorticoides. Sobre todo, aumento de la ALP.
  • Antifúngicos como el ketoconazol.
  • Anticonvulsivantes: el fenobarbital genera aumento de enzimas hepáticas sobre todo ALP y en menor medida ALT, AST, GGT.
  • Fallo cardíaco congestivo.
  • Sustancias químicas: aflatoxinas, metales pesados, amanitas (tipo de seta).
  • Agentes víricos y bacterianos como leptospirosis, abscesos hepáticos…
  • Neoplasias hepáticas (primarias o secundarias).
  • Otras como diabetes mellitus, hipotiroidismo, pancreatitis, septicemia, tromboembolismo, septicemia.

Diagnóstico

Un correcto diagnóstico implica una adecuada interpretación de las pruebas laboratoriales y de diagnóstico por la imagen realizadas por el veterinario. Habrá que realizar por tanto a parte de historia clínica y examen físico general del animal una analítica sanguínea completa. Donde será la bioquímica la que nos proporcione más datos (aumento de enzimas hepáticas).

Las variaciones de los valores de los análisis bioquímicos del hígado pueden ser consecuencia de una lesión celular del hígado directa, un deterioro en la circulación, una reducción de la masa hepática.

Una ecografía será esencial. Es una técnica no invasiva que permite visualizar los órganos, las vías biliares, vesícula biliar y vasos hepáticos. Permite así ver el contorno del hígado y los cambios que este ha sufrido. Será recomendable realizar una biopsia hepática. La técnica más sencilla es la biopsia percutánea con anestesia local (desde el flanco izquierdo).

Tratamiento para el fallo hepático

Este dependerá de la causa y condición de deterioro en la que se encuentre el hígado. Tendremos varias opciones dependiendo del pronóstico. Aquí os las dejamos.

Tratamiento para la hepatitis aguda

Si hemos descubierto la enfermedad que está detrás de la inflamación hepática, el tratamiento se dirige hacia ella. En el caso de infecciones, el tratamiento será fluidoterapia (suero salino fisiológico preferiblemente), antibioterapia (amoxicilina-clavulánico, metronidazol, ampicilina, o el adecuado si tenemos cultivo). Trataremos la sintomatología.
En caso de que esta insuficiencia hepática aguda esté provocada por fármacos, debemos retirarlos de inmediato. O si se trata de una intoxicación, tratar además esta.

Tratamiento quirúrgico

Cuando la hepatitis se debe a obstrucciones del conducto biliar (colestasis) o a tumores aparecidos en el propio hígado, la cirugía puede ser el tratamiento de elección. En los casos de shunts hepáticos o extrahepáticos también se intentará resolver quirúrgicamente mediante un cirujano experto.

Tratamiento de la hepatitis crónica activa y cirrosis

En estos casos se utilizan corticosteroides e inmunosupresores ya que el sistema inmune del perro produce anticuerpos contra su propio hígado. Estos serán prednisona o prednisolona durante varios meses combinado o no con azatioprina. Se debe de llevar una dieta alta en fibra y baja en grasas y proteínas suplementada en zinc.

La medicación pretende frenar esta degeneración progresiva, aunque la enfermedad puede evolucionar hacia la cirrosis, trastorno en el que el tejido hepático se daña de manera irreversible. Por lo tanto, el pronóstico es reservado. El tratamiento en caso de cirrosis será sintomático con dieta baja en grasa y proteínas.

Tratamiento de soporte

Además de tratar la causa que ha provocado el problema hepático es muy importante prestar atención a los síntomas para evitar, en lo posible, que surjan complicaciones.

Para ello, como hemos dicho antes, se prescriben dietas especiales bajas en proteínas y grasas formuladas específicamente para estos casos y medicación para controlar los niveles de amoniaco en la sangre, mantener la coagulación o prevenir convulsiones y úlceras gastrointestinales.

Además, será conveniente la suplementación de dieta con zinc, ya que se une al cobre y no se absorbe este en el intestino. Podemos aplicar protectores hepáticos como samylin, vitaminas K y B12 (cobalamina), ácido ursidesoxicólico para eliminar el barro biliar si se ha detectado por ecografía. Podemos recurrir opcionalmente o como terapia integrativa a la medicina tradicional china.

¿Qué pueden comer los perros con fallo hepático?

Siempre bajo supervisión veterinaria, ya que forma parte de su tratamiento, debemos ofrecerle a nuestro perro una alimentación elaborada con ingredientes de alta calidad pero baja en grasas y proteínas, para facilitar sus digestiones y no hacer trabajar en exceso al hígado.

Disponemos de dos opciones, elaborar nosotros mismos una dieta casera formulada por un veterinario nutricionista u optar por un producto ya preparado específicamente para perros con esta patología, cómo puede ser Special Care de NFNatcane, un producto bajo en grasas y proteínas, elaborado con ingredientes de calidad y con frutas y verduras muy saludables.

Sea cuál sea tu opción, recuerda que será tu veterinario el que te indique las cantidades y el número de tomas recomendables, en base a su estado de salud.

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