Cómo desparasitar a un perro: Pulgas, garrapatas y lombrices

Los parásitos se alimentan de sus huéspedes provocando graves problemas de salud. Por eso es muy importante desparasitar bien a nuestro perro durante toda su vida. Evitando así que provoquen problemas graves de salud.

Existen muchas clases de parásitos que podemos dividir en dos grupos, los parásitos internos (los cuales pueden vivir en intestinos, sangre u otros órganos) y los parásitos externos. Veamos cómo detectarlos y prevenirlos.

¿Cómo desparasitar a un perro externamente?

Los principales parásitos externos que deben preocuparnos son las pulgas, las garrapatas, y los mosquitos, que se alimentan de la sangre del perro y pueden contagiar graves enfermedades.

Estos vectores son hospederos intermediarios de disímiles parásitos internos en tu mascota.
Además, pueden dejar huevos por nuestro hogar y provocar una infección realmente grave. Por eso es fundamental tener a nuestro perro siempre prevenido.

Existen más de 2.000 especies de pulgas, pero a nuestros peludos de casa generalmente les infecta la Ctenocefálides canis (pulga del perro) y Ctenocefálides felis (pulga del gato). La pulga adulta pone sus huevos sobre el perro, estos caen al suelo y pasan por diferentes estadios (larva, pupa, pulga adulta). Todo este ciclo, puede tardar de 2-4 semanas en dependencia de la humedad y la temperatura en que se desarrollen.

Por término medio, una pulga hembra pondrá 27 huevos cada día. Esta enorme prolificidad debe tenerse en cuenta, ya que por cada pulga adulta que vemos en el perro, hay 95 desarrollándose en el entorno.

¿Imaginas lo molesto qué puede ser para tu amigo de 4 patas tantas picaduras de pulga juntas? El picor es tan intenso que muchos perros se lesionan al rascarse. Además estas picaduras pueden ocasionarles diferentes tipos de dermatitis.

Por su parte la pulga del gato (que también afecta al perro), como vimos anteriormente, es a nuestro juicio la más peligrosa, pues actúa como hospedero intermediario de una tenia intestinal (Dypilidium caninum).

Esta tenia provoca disfunciones a nivel de las criptas intestinales, que van desde deposiciones mucosas (con flemas) y sanguinolentas, decaimiento, inapetencia, que llevan al no ser tratados a un enflaquecimiento progresivo, aparejado de una inmunodepresión( se hacen susceptibles a otros agentes infecciosos).

Todo este cuadro clínico de no ser tratado a tiempo puede conducir a la deshidratación y en muchos casos (fundamentalmente en cachorros con destetes precoces) a la muerte. En el caso de las garrapatas (Rhipicephalus sanguineus) , además de chupar la sangre de nuestros perros, y provocarle excoriaciones a nivel de la piel, también trasmiten al picar una bacteria Ehrlichia, la cual se aloja dentro de las células sanguíneas de nuestro perro provocando graves problemas de salud.

No menos importantes son las infestaciones por Leishmaniasis y filaria que pudieran sufrir nuestras mascotas en los meses de verano, a consecuencia de una picadura de mosquito, el cual sea portador de las entidades anteriores.

Conociendo todos los perjuicios que ocasionan a nuestras mascotas los vectores antes comentados, coincidiremos todos en la necesidad de acudir periódicamente al veterinario para implementar el esquema de desparasitación pertinente.

Preventivos contra pulgas, garrapatas y mosquitos

Existen numerosas opciones para mantener protegidos a nuestros perros. Estas son algunas de las más comunes:

Generalmente los collares antiparásitos protegen una media de cuatro a seis meses, frente a pulgas y garrapatas, existen otros destinados a los mosquitos que tienen hasta 12 meses de protección. Las pipetas por contra tienen una duración habitual de un mes para garrapatas y tres meses para pulgas al igual que sucede con las pastillas masticables.

Lo idear es combinar varios de estos métodos fundamentalmente si vives en un entorno rural o zonas ganaderas, sería muy interesante utilizar al menos dos de los preventivos mencionados.

¿Cómo desparasitar a un perro internamente?

Existen tantos tipos de parásitos internos que en realidad es necesario conocer previamente de qué parásito se trata para poder aplicar el tratamiento más adecuado. Es conveniente además tener en cuenta otros factores como la edad, tamaño y cuidad donde vives.

La mayoría de parásitos intestinales se eliminan con una tableta que podemos encontrar en clínicas veterinarias, la cuál debemos administrar a nuestro perro cada tres meses. Vienen dosificadas en función del peso de tu mascota.

Pero otros parásitos cómo las conocidas giardias o el gusano del corazón, precisan de tratamientos prolongados a base de medicación con antibióticos.

Tipos de parásitos internos

Podemos distinguir muchas clases de parásitos internos, pero estos son los más habituales a niveles generales:

Las lombrices intestinales (Áscaris o gusanos redondos), habitan el intestino de tu mascota, una vez que el perro ha sido infectado tras olisquear o lamer sustancias del suelo o heces de otro perro infectado.

Podemos encontrar otras especies parasitarias del sistema digestivo, que mediante analíticas tu veterinario diagnosticará y en función de ello, implementará la terapia adecuada.
En el caso de los cachorros, si la madre estaba infectada, es muy probable que el pequeño también lo esté.

La filaria, conocida también como “parásito del corazón”, se trasmite a través del mosquito. Pueden medir hasta 30 cm y se aloja en aparato cardio- respiratorio.

Cada uno de estos parásitos precisan de un tratamiento totalmente diferente para poder eliminarlos y para mantener a nuestros perros prevenidos. Será siempre nuestro veterinario de confianza quien nos facilite la medicación adecuada.

¿Cómo prevenir el contagio de parásitos?

Todos los perros terminan contagiándose de parásitos, algunas unas cuantas veces en su vida y otros, muchas. Incluso los cachorros pueden contagiarse estando aun en el útero de su madre.

Pero para evitar que se contagien constantemente, podemos poner en práctica estos sencillos consejos:

  • Evitar que nuestro perro lama o coma heces de otros animales / personas
  • Bañarlo al menos una vez al mes con un jabón específico para perros
  • Revisarlo al menos una vez por semana completamente (incluyendo orejas)
  • Realizar revisiones veterinarias de control
  • Evitar que coma alimentos en mal estado
  • No dejes que juegue con perros con parásitos
  • Mantener el control sobre el medio que lo rodea, a través de fumigaciones, sobretodo en los meses de verano.

Y si nuestro perro ya está contagiado, lavarnos las manos siempre que le toquemos para evitar contagiarnos nosotros también.

Vet. Janet Siso Iglesias

Licenciada en Veterinaria en la Universidad Agraria de la Habana. Especializada en pruebas biológicas y control de calidad (Industria farmacéutica). Colaboradora en ONGs de protección animal.

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